11 claves para aprender a escribir un libro
Aprender a escribir un libro no es nada fácil. Saber escribir es un don que no todo el mundo tiene, pero se puede aprender, al menos, para publicar algo digno de ser leído. La primera regla: reverenciar la literatura. Respetar a los lectores. Sí, hay gente que vende mucho y no cumple esta máxima. ¿Aman su trabajo? Lo dudo. Este post es para todos aquellos que adoran escribir y leer.
Claves para aprender a escribir un libro
Antes de lanzarnos a la manera de aprender, vamos a sentar algunas bases que, bajo mi punto de vista, son fundamentales.
Como decía antes, aprender a escribir es una asignatura pendiente de muchos autores que quieren publicar un libro. Es fácil ver las luces, las presentaciones y los bestselleros que dicen que se han retirado después de pegar un petardazo con un libro; también las largas colas para una firma, los seguidores incondicionales y la caja registradora loca. El problema viene cuando no se tiene ni idea de lo que hay detrás de todo esto.
Y no, no voy a ponerme a despotricar de todos los que tienen una mano dolorida de tanto firmar libros. Sería injusto. Está claro que hay algunos que, en fin, no sé sabe cómo lo hacen. Desde luego escribiendo va a ser que no.
Sin embargo, muchos se toman muy en serio su trabajo. Aunque tengan una gran producción intentan poner toda la carne en el asador para que sus libros sean dignos. Y, luego, unos pocos escogidos son verdaderos genios y venden mucho, por supuesto.
El éxito y la calidad de un libro
Por otro lado, el éxito no es el rasero con el que se mide la calidad de un libro, ni para bien ni para mal. Y no voy a hablar de purpurina, sino de buen hacer. De la preocupación del escritor por que su libro sea bueno y dé gusto leerlo.
Ventas y calidad no van necesariamente de la mano. Hay superventas que son joyas y otros que a los tres capítulos, el balcón parece una buena salida. Tanto que me dan ganas de escribir correos y señalar errores, tal y como hago con mis autores. Llamadlo deformación profesional, nivel: tocando el techo. O fondo, según se mire. Por suerte, soy muy cuidadosa con mis opiniones y rara vez las vierto sobre alguien, si antes no me lo ha pedido.
11 claves para aprender a escribir
El caso es que para escribir bien hay que aprender antes, eso es una realidad. Sé que muchos piensan que los conocimientos necesarios se adquieren por ciencia infusa, generación espontánea o que las musas van a hacer solas todo el trabajo, pero escribir es un arte complicado. ¿Sabes cuántas variables tienes que controlar en una novela?
—Yo es que me inspiro mucho. Y la inspiración hace milagros, mientras ella escribe mi primera novela, yo me dedico a mi Insta que las redes son muy importantes
La inspiración cuando se queda sola
¿Tienes idea de cómo hacer que la lectura fluya independientemente de lo que estés escribiendo? ¿Crees que vomitando a tontas y a locas vas a conseguir una obra maestra? ¿En serio?
Es conveniente tener la respuesta a estas preguntas para concienciarnos de que necesitamos aprender y para conseguirlo ahí van esas once claves.
Cómo quieres que te recuerden
Conocer cómo hacerlo es necesario si quieres que tu lector disfrute. Eso no significa que a medida que aprendas van a aumentar tus lectores. No funciona así. De ahí la frustración de muchos escritores que pasan por el aprendizaje como si fuera un trampolín al éxito. Es normal que luego se queden desinflados.
Mejorar el proceso creativo es uno de los factores que aumenta el número de lectores. Aunque hay otras variables que atender: suerte, una buena promoción, dedicación e inversión. Además de otras muchas acciones, actitudes y aptitudes. Así que llega un punto en el que hay que elegir:
- Quiero publicar un buen libro y que sea este el principal motivo por el que aumenten mis lectores, aunque sea un proceso lento (aviso).
- Quiero vender a toda costa y la calidad pues, si eso, ya tal.
Elige y sé consecuente.
Y es que querer publicar un libro para ganar dinero es honroso, pero no suele ser instantáneo, ni siempre se dan las dos cosas a la vez. El mercado está saturado de libros, también de buenos libros. La masa lectora es la más lista de todas las masas. Así que si quieres escribir dignamente y que te recuerden por tu saber hacer, debes prepararte para ello y tomártelo muy en serio.
Inversión necesaria
Vas a tener que invertir y no solo hablo de dinero, que también. Tendrás que ofrecer a cambio dedicación, mimo, tiempo y esfuerzo. Aunque si te encanta leer, ya tienes mucho ganado, pero no todo es leer, también te digo.
Aprender a escribir es descifrar un enigma. El de elegir el lugar correcto para las palabras, cómo construir un personaje que esté vivo o elegir la sucesión exacta de escenas que harán que se haga la magia.
Todo empieza leyendo
Escribir es un camino que comienza leyendo todo lo que caiga en tus manos.
Dado que los programas formativos no se ocupan demasiado de los cimientos de la literatura, no queda más remedio que buscar la forma de aprenderlos por nuestra cuenta.
Yo estudié periodismo y tengo que reconocer que mi formación literaria es muy completa, estudié a los clásicos y aprendí mucho de ellos. Esa fue mi base, ya que hasta que no entré en la universidad, mi formación literaria se había desarrollado gracias al azar.
Entonces ya era lectora compulsiva, en el instituto ya leía cinco libros a la vez, así que tenía mucho ganado. Y aunque hasta entonces no tenía una guía muy solvente y mi camino era más errático que otra cosa, eso me permitió leer fuera de mi zona de confort.
Y eso se lo debo a las bibliotecas públicas y a esos paseos interminables y mareantes por sus pasillos. Y también a los días que como tenía que volver para recargar las pilas y no tenía tiempo, entraba corriendo para devolver los cinco que había devorado y cogía lo primero que encontraba para pasar la siguiente quincena.
Dicen que las prisas no son buenas, pero aquí desde luego fueron providenciales, porque también ayudaron mucho a que leyera libros que de otra manera nunca hubiera tocado. Así descubrí nuevos géneros y autores.
Dejarse llevar siempre por los gustos y apetencias tampoco es sano. Mis mejores descubrimientos han sido cuando no me he dejado llevar por lo que yo quería.
Salir de la zona de confort es una máxima que también es importante si quieres aprender a escribir. Y a leer.
Copiar siempre
Copia todo lo bueno que leas. Muchas, demasiadas veces he oído eso de no leo mientras escribo porque me contamino. ¡Cómo me pongo! Me produce urticaria, me entra un nervio sordo y muchas ganas de chillar. ¡Por Dios, contamínate, que falta te hace! Lee a los clásicos, lee tanto bueno como hay en el mercado y asume todas esas virtudes como propias. Todo está prácticamente inventado en literatura y adquirir las técnicas de otros que lo hacen mejor que tú es fabuloso y necesario.
—Ay, por Dios, que alguien se lleve esto de aquí que va a contaminar mi escritura
Cursos de escritura
Como no todo va a ser leer, aunque ya digo que es la base, también hay que aprender de los buenos profesionales que saben más que tú. En este caso, un buen curso puede hacer mucho por tu técnica literaria.
A la hora de seleccionar, no te dejes guiar por el precio. A veces, sirve como referencia, pero lo importante aquí es que la persona que imparta el curso. Si está capacitada y sabe comunicar bien, aprenderás. Busca referencias, elige y esfuérzate por aprovecharlo al máximo.
Los cursos te puede ayudar a abrir la mente. A saber dónde encontrar toda la información que necesitas. Es una buena fuente para aprender técnicas nuevas y otra forma de hacer las cosas.
Aprende a escribir de manera personalizada
Por otro lado, también puedes buscar a un editor o un coach. Atención personalizada y trabajo sobre la propia obra, profundizarás en ella y en tu proceso creativo más allá de los límites que hasta el momento conocías.
Aquí sucede como en los cursos, es importante elegir bien. Y ahora te estarás preguntando, ¿cómo hago? En este tipo de trabajos, guíate por las personas con vocación. Es un proceso muy artesanal y delicado.
Además, es esencial que estéis en sintonía. Un trabajo de edición es imposible llevarlo a cabo sin ella.
Si todo funciona bien, tu mente se abrirá a un mundo nuevo que es el tuyo. Y sabrás cómo plasmarlo. Lo sé porque lo veo todos los días en los autores que trabajan conmigo.
Mirar y escuchar
Además, la buena escritura requiere de observación continua. Se pueden adquirir nuevas técnicas de películas, series o de otras artes. También se aprende conversando con tus amigos, andando por la calle o viajando en autobús.
Todo es susceptible de convertirse en una buena enseñanza. Solo hay que tener los ojos y las orejas bien abiertas y saber aplicar todo ese caldo de cultivo a tu obra.
Ponte a escribir
Esto es fundamental. Hay que superar el miedo a la página en blanco:
- Porque si ya has intentado plasmar esa historia que llevas en la cabeza, sabrás que no es tan fácil como parecía.
- Si sabes cómo creas, aunque solo sea un atisbo, eso te dará muchos datos sobre lo que necesitas para aprender más y podrás elegir mejor.
- Es importante que tengas unas nociones básicas para poder aprovechar al máximo cualquier aprendizaje. Y qué mejor manera de conseguirlas que leyendo y escribiendo.
- Es irremediable. Si de verdad quieres escribir, seguro que ya lo has hecho. Es una pulsión irracional. El escritor necesita escribir y lo hace contra todo pronóstico.
El camino está lleno de dudas
A pesar de tener obra propia, participar en cursos de escritura e incluso haber contratado a un editor, cuando evoluciones el camino no va a ser más llano. Ni mucho menos.
A medida que vas evolucionando te irás dando cuenta de que las cimas son más altas y los senderos más difíciles de recorrer.
Y cuando descubres esto, se te queda cara de tonto, a todos nos ha pasado esto. Es uno de los escollos por los que pasan mis autores después de trabajar conmigo en una obra, terminan felices por todo lo que han aprendido, pero cuando comienzan la siguiente les cuesta más escribir, es normal.
Después de un gran avance, las dudas son mucho mayores. Tu mente es consciente, cada vez con más claridad, de lo que le queda por recorrer y de la cantidad de posibilidades que tiene.
Cuánto más sabes, más seleccionas cómo cuentas lo que tienes que contar y eso significa más esfuerzo y más tiempo. Y más aprendizaje.
Eso sí, los resultados también evolucionan y los lectores lo notan. Mucho.
Y a medida que aprendas más, te olvidarás de muchos miedos que bajo la nueva perspectiva te parecerán ridículos y serás capaz de enfrentarte a una trama, por complicada que sea, con mucha más soltura y aportar alternativas diferentes para resolver los problemas que antes solían inmovilizarte.
En literatura, siempre hay una solución, si sabes encontrarla. Cuando descubres esto, por complicado que sea el trayecto, la esperanza viajará intacta.
Cómo sé que estoy evolucionando
Llegados a este punto, lo sabrás cuando comiences a atisbar los andamios de los libros que leas y escribas. Entonces, te das cuenta de las intenciones del autor, de los detalles que sostienen la trama. Verás la estructura de los libros. Sabrás que un texto no está bien escrito si tienes que leerlo dos veces para entenderlo.
Respecto a tu forma de escribir, por ejemplo, sabrás cuándo estás repitiendo ideas, en vez de seleccionar al máximo las palabras para que todos los matices quepan en una frase o sabrás distinguir cuándo narrar y dialogar y todo lo que conllevan estas dos formas de contar las cosas.
Y aún así, seguirás pensando que tienes que aprender más.
Nunca es suficiente
Un sabio siempre piensa que es un ignorante. Y la paradoja se produce porque esta frase también funciona al contrario. Si piensas que lo sabes todo, seguramente, tendrás un problema serio para escribir bien.
Hay tanto que explorar, tanto que copiar, tanto bueno que leer que no se deja de aprender nunca. De hecho, los buenos escritores mejoran con el tiempo y la experiencia.
Y los buenos libros son una mezcla entre inspiración, grandes ideas, buena escritura, inteligencia emocional y mucha sabiduría. Cinco factores sin los que esta empresa es una quimera.
¡A escribir!
Ah, y cuéntame qué te ha parecido el artículo, anda.
Imágenes: Freepik
Me parece muy interesante todo lo que comenta. Creo que tiene razón. Hemos de aprender cada día, y no pensar que no nos comprenden; y sobre todo leer mucho y trabajar cada día de manera incansable.
Gracias por tu comentario, José Manuel, así es. Nunca se deja de aprender. Escribir es un oficio y hay que ser un experto para conseguir buenos resultados. Es una carrera de fondo. Así que lo más importante es no desfallecer y trabajar. Mucho ánimo, si estás escribiendo. 🙂
No soy quien para emitir un juicio, pero estoy totalmente de acuerdo con lo de: «Tres pasos necesarios: leer, tener una guía y corregir». Hay que escribir para darte cuenta, en primer lugar que puedes, y después, viendo tu trabajo ves tu deficiencias; y en mi caso particular, corregir me ha ayudado mucho. Muy interesante tu artículo.
Muchas gracias, Alejandro, por tu comentario. Yo también pienso así, creo que escribir es un arte que tiene sus técnicas, materiales y alguna que otra regla. Es necesario conocer las herramientas y todo lo relacionado con el género que vas a trabajar para que tu cerebro encuentre la mejor manera de contar tu historia. Hay infinitas maneras de contar una historia y que esté bien contada. Antes, es necesario saber contarla. 🙂
El artículo es muy bueno, totalmente de acuerdo y gracias por lo que he aprendido; sobre todo porque soy un ignorante. Me creía listo, y la sabiduría popular nunca se equivoca. y es que la frase La diferencia y, al mismo tiempo, lo que une a un sabio y un ignorante es que ambos piensan que son el otro.
Muchas gracias por el comentario, me anima mucho recibirlos 🙂
Completamente de acuerdo con todo lo que se dice en el artículo de principio a fin. Lo he comprobado por propia experiencia y corregir mi novela con ayuda de las revisiones de Yolanda ha sido como hacer un máster personalizado en el que he aprendido mucho sobre escritura y sobre mí como escritora.
Ay, muchas gracias, Adela, ha sido un placer mayúsculo trabajar contigo y con tu novela. Ese es el resultado de un editing, debe ser siempre así. Satisfacción y buena literatura. Este es mi objetivo y contigo ha sido un fluir continuo.
Hola Yolanda: no estoy seguro de que tener que leerlo más de una vez para comprenderlo signifique necesariamente que un texto está mal escrito. Hay ideas, sentimientos y situaciones complejas para las que no basta con una descripción sencilla y nítida. Además, si la lectura es un diálogo, el lector también juega un papel. Una idea puede ser demasiado compleja e incluso incomprensible, para algún lector, y éste puede necesitar cinco lecturas para llegar a una justa comprensión.
Hola, Gerardo, muchas gracias por tu comentario. Claro que sí, pero el lector debe entender qué estás contando, aunque no alcance a leer entre líneas todo lo que le quieres contar. Me he leído cinco veces Crimen y castigo, en cada una de esas veces, he encontrado nuevas interpretaciones de lo que se está contando, pero una de las claves de la maestría de Dostoievski es que a la primera puedes entender qué está pasando, sin necesidad de volver a leer, es más, interpretas ya las entre líneas en muchas de las escenas, ese es el camino. Bajo mi punto de vista, un texto se ha de escribir de tal manera que se entienda a la primera; las palabras tienen el suficiente poder, si sabes elegirlas, para contar, explicar o exponer el más intrincado de los mensajes y todas las entre líneas que necesites. Ya sé que es complicado, mucho, que no todos somos el genio ruso, pero hay que intentarlo. Un abrazo.