Diferentes estructuras para una novela. Encuentra la tuya
Diferentes estructuras para una novela que puedes utilizar en la tuya. Este es el tema central del artículo, aunque lo principal, como siempre, es tener una buena historia.
Tipos de estructura para una novela
Antes de comenzar a desgranar algunas de las infinitas formas de contar una historia es importante centrarse en lo esencial: la tuya debe encajar dentro de lo que elijas.
Es decir, primero tienes que estudiar qué quieres contar y luego dejar que fluya en la estructura que mejor se adapte y no al revés.
No se trata de elegir una estructura y que luego la historia tenga que entrar, sí o sí, en las pautas ya articuladas. La idea es que tengas un bagaje amplio respecto a las diferentes maneras que existen de contar una historia y lo puedas utilizar para contar lo que necesitas.
En este sentido, puedes utilizar una sola de estas estructuras o mezclar cuántas necesites. Lo importante no es que embutir tu historia en una, sino encontrar la o las que mejor se adapten a lo que tienes que contar.
Una vez que queda clara esta premisa, vamos allá con los grandes bloques estructurales. Estos cinco encierran infinitos y en todos lo primero que hay que saber es qué determina la historia.
Estructura en actos
Estructura clásica en actos: este tipo de estructura se basa en una línea de tiempo lógica y en diferentes puntos de giro que marcan cada uno de los actos. Estos puntos hacen que la historia se convierta en otra cosa en cada uno de ellos. Bien puede ser un descubrimiento o una decisión del personaje (o personajes), lo que sea marcará el resto de la trama. Cualquier detonante que haga que todos, también el lector, se tengan que replantearse parte o toda la historia.
En general, esta estructura funciona para casi todas las historias, porque la simple vida de una persona tiene momentos en los que todo cambia y hay que buscar nuevas soluciones, así que es una buena estructura para una biografía, por ejemplo.
Cajas chinas
Estructura marco o una historia dentro de otra. También llamada de cajas chinas. En este caso tenemos una trama que hace de paraguas para el resto de las que vamos a desarrollar.
Este tipo de estructura funciona muy bien cuando tenemos varios protagonistas y queremos que se tome en cuenta todo lo que tienen que contar esos personajes sin priorizar unos sobre otros. En este caso, se desarrolla una historia detrás de otra, con una extensión parecida y en el orden que dicte el hilo conductor de todas.
Otra forma de hacerlo es contar una dentro de otra, repitiendo esta fórmula tantas veces como necesites (sin pasarte). En este caso, hay que tener mucho cuidado con la fluidez y con que el lector no se pierda. Por otro lado, es muy importante que la historia que las contiene a todas tenga esa capacidad.
En el fondo, todo depende de lo que hay que contar y qué necesitas para contarlo.
—Llámame loca, pero no sé en qué historia estoy
Estructura de personaje
La estructura viene determinada por los personajes. Lo importante es lo que tengan que contar ellos. Por ejemplo, en las novelas que contienen una o varias primeras personas que desgranan los pensamientos, sentimientos y las vivencias de ese o esos personajes. Y para hacerlo podemos usar desde el monólogo interior a los diálogos, pasando por el estilo directo, indirecto o indirecto libre.
Dentro de esta variable hay otra en la que lo fundamental es el punto de vista de esos personajes. La historia total aparece al sobreponer las diferentes versiones. Suele hacerse con diferentes narradores en primera persona, pero también se puede utilizar con un narrador en tercera, en caso de que no se requiera demasiada intimidad.
Saltos en el tiempo
Si lo que determina tu historia es la línea de tiempo, puedes pensar en trabajarla con flashback o flashforwards; dependiendo de si quieres saltar al pasado o al futuro.
Al respecto de las diferentes estructuras para una novela en este sentido, también se puede contar con estructuras paralelas: el pasado y el presente (o el presente y el futuro) se desarrollan en tramas paralelas que luego confluyen o no, dependiendo de lo que se quiera contar.
Otra forma de hacerlo es con incursiones más pequeñas en la trama principal para viajar al pasado o al futuro.
Por ejemplo, con una anticipación breve (prolepsis) puedes colocar al lector en el futuro y darle una pista de por dónde van a ir los hilos de la historia. Este recurso es maravilloso para crear tensión e intriga y que el lector viva los puntos de giro con más intensidad.
En realidad puedes cortar o superponer la línea de tiempo a tu antojo siempre que todo fluya y no se produzcan saltos abruptos que saquen al lector de la historia.
Puzles
Para terminar, hay diferentes estructuras puzle. Puedes comenzar por el final de la historia e ir contando qué ha ido sucediendo para llegar a ese punto o aquella que viene determinada por el intercambio de narradores, o un solo narrador. En forma de carta, correo electrónico, mensajes…, como es el caso de la novela epistolar.
También nos encontramos con la estructura paralela, en la que dos historias que se desarrollan de manera contemporánea se van desgranando paralelamente y pueden unirse en algún punto o no, dependiendo de lo que se quiera contar y cómo quiera contarse.
Y por último, que no la última porque hay muchas más, os dejo la más complicada bajo mi punto de vista que es aquella en la que no hay narrador. El autor se hace valer de artículos, documentos varios o fuentes externas para ir componiendo una visión que exige gran participación por parte del lector. Es una apuesta muy arriesgada precisamente por eso.
Lector después de cerrar una mala novela puzle sin narrador
Diferentes estructuras para una novela: conclusión
Es fundamental tener en cuenta que la estructura de una novela es algo muy serio, pero no porque sea determinante que utilices una u otra en sí, sino porque es importante saber cómo hay que armar el contenido.
Sabrás qué estructura es la ideal una vez tengas claro dónde tienes que colocar los datos prioritarios para generar aquello que necesitas: ritmo, tensión, transmitir un mensaje determinado, exponer una situación o mostrar sentimientos.
Dependiendo de este objetivo, deberás buscar la forma de darle protagonismo a un elemento u otro de los que forman una novela ( personajes, narrador, escenas, estilo, hilo conductor o tono, por nombrar los más importantes).
La estructura sirve para transmitir aquello que llevas dentro con la mayor fidelidad posible.
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