El bloqueo del escritor. ¿Mito o realidad?
El bloqueo del escritor o síndrome de la página en blanco es uno de los mitos más tratados en los diferentes canales especializados en escritura. Aunque creo que sería mejor abordar el tema desde los diferentes miedos que asolan a cualquiera que se disponga a llenar una página en blanco.
El síndrome de la hoja en blanco, ¿existe?
Alguien que tenga una buena historia entre manos y haya dedicado el tiempo suficiente a estructurarla, plantear unos buenos personajes, medir los datos que debe ir desgranando a medida que avanza la trama y sabe lo que quiere conseguir con su proceso creativo, es complicado que sufra de bloqueo alguno.
Ya sé que habrá algunos que me mirarán por encima del hombro diciendo que claro que eso ocurre, pero, aún así, sigo pensando que no hay nada como un buen planteamientos para alejar todos los miedos que produce esa página en blanco.
Estoy tan convencida de que esto es así que en este post en vez de centrarme en cómo superarlo, voy a desgranar antes las posibles causas del mismo, porque si sabes qué te pasa, podrás hacerle frente. Y cada causa tiene una solución.
No encuentras las palabras
Muchas veces este bloqueo del escritor viene causado porque no estás haciendo una buena selección de palabras. No es sencillo expresar de una manera clara y lo más orgánica posible eso que tienes en la cabeza.
En estos casos, se da vueltas alrededor de esa idea. Sucede cuando no se tiene clara la escena que se quiere plasmar. Sabes lo que tiene que pasar, pero no cómo debe suceder. Entonces, las palabras no acuden en tu ayuda y es cuando tu cabeza no sabe cómo contarlo.
Si a esto se le añade que los personajes no están bien definidos en tu mente, el problema se agrava. Si están bien dibujados, los conoces muy bien, llega un momento que ya funcionan solos. Tu cabeza sabrá, entonces, cómo se mueven, qué harían en cada momento, qué dirían o qué opinión les merecería cualquier suceso.
Con todos estos datos claros, fluyes por las escenas y encontrarás siempre la palabra indicada para expresar una atmósfera o un gesto. El bloqueo no aparecerá por ninguna parte y cuando aparezca, si sabes que esta es la causa, también sabrás cómo solucionarlo.
Muchas ideas
Otra causa del llamado bloqueo tiene mucho que ver con tener muchas ideas y no saber cómo priorizarlas. En este caso, tampoco es un bloqueo de hoja en blanco. Es un problema de indecisión y de no saber cómo acertar.
Deja reposar las ideas, el escritor no tiene que estar siempre escribiendo y el tiempo dirá cuáles son las mejores. Relájate.
También puedes interrogarlas para llegar hasta las últimas consecuencias de cada una. Sé que para muchos esto puede ser una pérdida de tiempo. La escritura requiere mucho, no es algo rápido que llega por obra de magia, es un trabajo lento, delicado y meditado hasta el extremo.
Saber qué quieres escribir en cada momento, qué te pide el cuerpo, es fundamental para poder llevar a cabo la tarea con brío y el cuidado que necesita.
Pánico al momento clave
Esta es la madre del cordero de todos los bloqueos. Muchos escritores han acudido a mí en esta situación concreta. Padecían el bloqueo del escritor, cuando en realidad lo que les sucedía era que estaban muertos de miedo.
En muchos casos, les daba pavor enfrentarse a esos capítulos decisivos de una novela. Cuanto más decisivo es lo que se tiene que escribir más peligro de bloqueo hay. Es la sensación que todos sentimos a la hora de tomar una decisión importante. Una de esas que cuando nos equivocamos, sabemos que vamos a sufrir.
Miedo a no saber crear el clima adecuado para esa parte tan esencial del libro. Terror a que tus personajes no den el do de pecho. Pánico a no saber llevar las riendas de la tensión adecuada en esas escenas cruciales… La lista es infinita.
Olvídate de todo eso. Por muy mal que escribas esa parte importante del libro, lo peor que te puede pasar es que tengas que corregir más. Solo eso. No se va a hundir ningún continente. Nadie va a salir herido. Escribe sin miedo y ya.
Lo bueno de escribir es que todo tiene arreglo, siempre. No puedes hacer nada peor que perder el tiempo paralizándote. Sigue adelante, ya volverás a retocar aquello que no haya salido bien. No pasa nada.
A la escritura hay que respetarla, amarla y mimarla, pero sin miedo. Este es un mal consejero. Si eres capaz de vencerlo para escribir, fluirás. Encontrarás antes las palabras adecuadas, sabrás mejor que nadie cómo contar tu universo y tendrás mejores ideas. Fluir, ahí está la clave para este falso síndrome.
¿En serio que el folio en blanco es peor que lo que hay detrás?
No querer usar la papelera
En una entrevista, le pregunté a Almudena Grandes cómo reaccionaba cuando se levantaba por la mañana y no tenía ganas de escribir. Que es otra de las situaciones que se identifica como bloqueo cuando en realidad no lo es. Su solución era tirar unos cuantos folios a la basura.
Haz como ella, si a pesar de todo, por más que corrijas, no hay manera de que encaje lo que has escrito con la idea que llevas en la cabeza, a la basura. Ensayo, error. Así se trabaja cuando escribes.
Desechar aquello que no funciona es uno de los secretos de la buena escritura.
A veces, nos emperramos en una escena porque nos encanta o pensamos que el diálogo que hemos escrito es maravilloso. Y lo será, no lo dudo, pero si no encaja en el resto de la novela, fuera. Guárdalo para rescatar su espíritu en otro momento de la novela, quizás lo encuentres, o para otro texto en el que encaje mejor.
Esto puede dar el traste con el arco de los personajes, el tono o el espíritu de la novela. Una novela se desvirtúa con un gesto. Así que no hay que tener miedo, pero sí mucho respeto.
Sé que cuesta darse cuenta, pero lo mejor que se puede hacer en estos casos es que pase a mejor vida.
Todo lo bueno ya está escrito
Pues qué quieres que te diga, sí. Hay mucho bueno ya escrito, pero nadie va a escribir esa historia que tienes en la cabeza como tú. Es tuya y tiene tu sello. Si te obsesionas con que todo sea perfecto o con innovar, es normal que te vengas abajo.
La sencillez es la mejor técnica literaria. A los lectores les gusta que les cuenten historias de verdad, con las tripas, no es importante si tienen una trama innovadora o una estructura imposible.
Por supuesto que hay que buscar siempre la superación, trabajar las tramas, manejar la estructura que mejor se adapte a lo que quieres contar. Si es complicada, te tienes que enfrentar a ella, pero siempre pensando en que esté en función de lo que tienes en la cabeza. Nunca al contrario.
Las ganas de ser lo más, o de innovar, deben ir en consonancia con lo que tienes que contar.
El lector busca encontrarse en tu libro, si no escribes con tu verdad, no lo vas a conseguir.
Esta idea seguro que restará bastante presión a tus perspectivas y te permitirá escribir de una manera más fluida.
Vaguería infinita para escribir
Reconócelo. No tienes ganas de hacer nada (o como dicen en mi pueblo estás más perro/a que el suelo. Tu cerebro que es muy listo busca atajos para que pares, aparece la palabra bloqueo por tu mente y su sola presencia hace que dejes lo que estás haciendo y entres en la espiral de la perrería supina.
No me mires así que nos pasa a todos. Hay veces que por lo que sea no tenemos ganas, punto. Reconocerlo es el primer paso para enfrentarnos a ello. Y no pasa nada.
Date un respiro, corrige lo que ya tengas hecho, revisa otras ideas o, si puedes, te tumbas en el sofá y lees. Haz lo que te plazca, pero se consciente de que no escribes porque no quieres y deja de buscar excusas.
El bloqueo del escritor no existe
En definitiva, los tópicos, de vez en cuando, nos atropellan. Entonces, cuando nos encontramos en alguna de estas situaciones, es más fácil pensar que nos acaba de asaltar este terrible síndrome de la página en blanco que ir más allá.
Analizar cuál es el problema siempre es parte de la solución. Cuando acuda a tu cabeza la palabra bloqueo busca las causas, están ahí, delante de ti. Igual que las soluciones.
Conclusión, el bloqueo del escritor ni siquiera es un problema real. Olvídate y ponte a escribir. ¡Ahora!
¿Qué opinas? ¿Te has encontrado alguna vez en esta situación? Cuéntamelo y debatamos sobre el tema. Y si te ha gustado, no dejes de compartirlo, me ayudarás a que siga publicando este tipo de artículos.
Si de verdad tienes un bloqueo, mándame un correo y verás como te quito la tontería. O me la quitas tú a mí, nunca se sabe. ¿Pruebas? proyectos@eltinteroeditorial.com
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El bloqueo del escritor o síndrome de la página en blanco es uno de los mitos más tratados en los diferentes canales especializados en escritura. Aunque creo que sería mejor abordar el tema desde los diferentes miedos que asolan a cualquiera que se disponga a llenar una página en blanco.
El síndrome de la hoja en blanco, ¿existe?
Alguien que tenga una buena historia entre manos y haya dedicado el tiempo suficiente a estructurarla, plantear unos buenos personajes, medir los datos que debe ir desgranando a medida que avanza la trama y sabe lo que quiere conseguir con su proceso creativo, es complicado que sufra de bloqueo alguno.
Ya sé que habrá algunos que me mirarán por encima del hombro diciendo que claro que eso ocurre, pero, aún así, sigo pensando que no hay nada como un buen planteamientos para alejar todos los miedos que produce esa página en blanco.
Estoy tan convencida de que esto es así que en este post en vez de centrarme en cómo superarlo, voy a desgranar antes las posibles causas del mismo, porque si sabes qué te pasa, podrás hacerle frente. Y cada causa tiene una solución.
No encuentras las palabras
Muchas veces este bloqueo del escritor viene causado porque no estás haciendo una buena selección de palabras. No es sencillo expresar de una manera clara y lo más orgánica posible eso que tienes en la cabeza.
En estos casos, se da vueltas alrededor de esa idea. Sucede cuando no se tiene clara la escena que se quiere plasmar. Sabes lo que tiene que pasar, pero no cómo debe suceder. Entonces, las palabras no acuden en tu ayuda y es cuando tu cabeza no sabe cómo contarlo.
Si a esto se le añade que los personajes no están bien definidos en tu mente, el problema se agrava. Si están bien dibujados, los conoces muy bien, llega un momento que ya funcionan solos. Tu cabeza sabrá, entonces, cómo se mueven, qué harían en cada momento, qué dirían o qué opinión les merecería cualquier suceso.
Con todos estos datos claros, fluyes por las escenas y encontrarás siempre la palabra indicada para expresar una atmósfera o un gesto. El bloqueo no aparecerá por ninguna parte y cuando aparezca, si sabes que esta es la causa, también sabrás cómo solucionarlo.
Muchas ideas
Otra causa del llamado bloqueo tiene mucho que ver con tener muchas ideas y no saber cómo priorizarlas. En este caso, tampoco es un bloqueo de hoja en blanco. Es un problema de indecisión y de no saber cómo acertar.
Deja reposar las ideas, el escritor no tiene que estar siempre escribiendo y el tiempo dirá cuáles son las mejores. Relájate.
También puedes interrogarlas para llegar hasta las últimas consecuencias de cada una. Sé que para muchos esto puede ser una pérdida de tiempo. La escritura requiere mucho, no es algo rápido que llega por obra de magia, es un trabajo lento, delicado y meditado hasta el extremo.
Saber qué quieres escribir en cada momento, qué te pide el cuerpo, es fundamental para poder llevar a cabo la tarea con brío y el cuidado que necesita.
Pánico al momento clave
Esta es la madre del cordero de todos los bloqueos. Muchos escritores han acudido a mí en esta situación concreta. Padecían el bloqueo del escritor, cuando en realidad lo que les sucedía era que estaban muertos de miedo.
En muchos casos, les daba pavor enfrentarse a esos capítulos decisivos de una novela. Cuanto más decisivo es lo que se tiene que escribir más peligro de bloqueo hay. Es la sensación que todos sentimos a la hora de tomar una decisión importante. Una de esas que cuando nos equivocamos, sabemos que vamos a sufrir.
Miedo a no saber crear el clima adecuado para esa parte tan esencial del libro. Terror a que tus personajes no den el do de pecho. Pánico a no saber llevar las riendas de la tensión adecuada en esas escenas cruciales… La lista es infinita.
Olvídate de todo eso. Por muy mal que escribas esa parte importante del libro, lo peor que te puede pasar es que tengas que corregir más. Solo eso. No se va a hundir ningún continente. Nadie va a salir herido. Escribe sin miedo y ya.
Lo bueno de escribir es que todo tiene arreglo, siempre. No puedes hacer nada peor que perder el tiempo paralizándote. Sigue adelante, ya volverás a retocar aquello que no haya salido bien. No pasa nada.
A la escritura hay que respetarla, amarla y mimarla, pero sin miedo. Este es un mal consejero. Si eres capaz de vencerlo para escribir, fluirás. Encontrarás antes las palabras adecuadas, sabrás mejor que nadie cómo contar tu universo y tendrás mejores ideas. Fluir, ahí está la clave para este falso síndrome.
¿En serio que el folio en blanco es peor que lo que hay detrás?
No querer usar la papelera
En una entrevista, le pregunté a Almudena Grandes cómo reaccionaba cuando se levantaba por la mañana y no tenía ganas de escribir. Que es otra de las situaciones que se identifica como bloqueo cuando en realidad no lo es. Su solución era tirar unos cuantos folios a la basura.
Haz como ella, si a pesar de todo, por más que corrijas, no hay manera de que encaje lo que has escrito con la idea que llevas en la cabeza, a la basura. Ensayo, error. Así se trabaja cuando escribes.
Desechar aquello que no funciona es uno de los secretos de la buena escritura.
A veces, nos emperramos en una escena porque nos encanta o pensamos que el diálogo que hemos escrito es maravilloso. Y lo será, no lo dudo, pero si no encaja en el resto de la novela, fuera. Guárdalo para rescatar su espíritu en otro momento de la novela, quizás lo encuentres, o para otro texto en el que encaje mejor.
Esto puede dar el traste con el arco de los personajes, el tono o el espíritu de la novela. Una novela se desvirtúa con un gesto. Así que no hay que tener miedo, pero sí mucho respeto.
Sé que cuesta darse cuenta, pero lo mejor que se puede hacer en estos casos es que pase a mejor vida.
Todo lo bueno ya está escrito
Pues qué quieres que te diga, sí. Hay mucho bueno ya escrito, pero nadie va a escribir esa historia que tienes en la cabeza como tú. Es tuya y tiene tu sello. Si te obsesionas con que todo sea perfecto o con innovar, es normal que te vengas abajo.
La sencillez es la mejor técnica literaria. A los lectores les gusta que les cuenten historias de verdad, con las tripas, no es importante si tienen una trama innovadora o una estructura imposible.
Por supuesto que hay que buscar siempre la superación, trabajar las tramas, manejar la estructura que mejor se adapte a lo que quieres contar. Si es complicada, te tienes que enfrentar a ella, pero siempre pensando en que esté en función de lo que tienes en la cabeza. Nunca al contrario.
Las ganas de ser lo más, o de innovar, deben ir en consonancia con lo que tienes que contar.
El lector busca encontrarse en tu libro, si no escribes con tu verdad, no lo vas a conseguir.
Esta idea seguro que restará bastante presión a tus perspectivas y te permitirá escribir de una manera más fluida.
Vaguería infinita para escribir
Reconócelo. No tienes ganas de hacer nada (o como dicen en mi pueblo estás más perro/a que el suelo. Tu cerebro que es muy listo busca atajos para que pares, aparece la palabra bloqueo por tu mente y su sola presencia hace que dejes lo que estás haciendo y entres en la espiral de la perrería supina.
No me mires así que nos pasa a todos. Hay veces que por lo que sea no tenemos ganas, punto. Reconocerlo es el primer paso para enfrentarnos a ello. Y no pasa nada.
Date un respiro, corrige lo que ya tengas hecho, revisa otras ideas o, si puedes, te tumbas en el sofá y lees. Haz lo que te plazca, pero se consciente de que no escribes porque no quieres y deja de buscar excusas.
El bloqueo del escritor no existe
En definitiva, los tópicos, de vez en cuando, nos atropellan. Entonces, cuando nos encontramos en alguna de estas situaciones, es más fácil pensar que nos acaba de asaltar este terrible síndrome de la página en blanco que ir más allá.
Analizar cuál es el problema siempre es parte de la solución. Cuando acuda a tu cabeza la palabra bloqueo busca las causas, están ahí, delante de ti. Igual que las soluciones.
Conclusión, el bloqueo del escritor ni siquiera es un problema real. Olvídate y ponte a escribir. ¡Ahora!
¿Qué opinas? ¿Te has encontrado alguna vez en esta situación? Cuéntamelo y debatamos sobre el tema. Y si te ha gustado, no dejes de compartirlo, me ayudarás a que siga publicando este tipo de artículos.
Cuando me pasa intento parar y salir a despejarme, leer cosas que no tengan que ver con lo que escribo, o también practicar escritura automática a ver si por algún lado salgo y encuentro lo que busco.
Muchas gracias por el artículo, me ha parecido muy interesante y útil. ¡Un saludo!
Muchas gracias por comentar. Me alegro mucho de haberte ayudado Marie, aunque sea un poquito. Ánimo 🙂
A mi me pasa que soy muy autoexigente y eso me hace pensar que lo que escribo no está a la altura.Eso más hace dejarlo a medias aunque bueno me estoy cogiendo el toro por los cuernos e intento acabarlo. Muy bueno el post!
Gracias por tu comentario, mucho ánimo con la escritura, la perseverancia siempre tiene buenos resultados. Ánimo y a por ello. Un abrazo.
Muchísimas gracias por tus post, son de lo más útil que he visto, también de lo más motivador. Estoy ahora con un relato del que ya llevo cuatro borradores, no doy con el punto y me estoy hartando, aunque seguiré. A veces pienso que no valdrá para nada tanta corrección. Es lo que tiene poseer una mente negativa. Lo dicho, muchas gracias por tanta motivación.
Hola, Miryam, mil gracias por la efusividad de tu comentario. Uno de los piropos que más me gustan es que soy motivadora, creo que es muy importante para un editor serlo. Es muy ilusionante recibir comentarios como el tuyo. Con respecto al relato con el que estás luchando, mucho ánimo, te entiendo, cuando algo se resiste es desesperante, pero sige con ello, al final encontrarás la salida. En una de esas tu cerebro se alinea y descubre la forma, entonces alucinarás de lo sencillo que era solucionarlo, la mente es así. Tal vez de momento aún no ha llegado su momento, tienen que vivir un poco más o tiene que descubrir a saber qué para dar con la solución, lo único que puedes hacer es seguir trabajando y descansar. Al final encontrarás la salida. A por ello.