El viaje del héroe. Una estructura para tu novela
En este artículo voy a hablar del viaje del héroe, la principal estructura narrativa utilizada en la fantasía, y cómo sacarle partido, o evitarlo dependiendo de nuestros intereses.
¿Qué es el viaje del héroe? Estructura clásica de Storytelling
«El viaje del héroe» es una expresión acuñada por el mitólogo estadounidense Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil caras (1949). En esta obra, su autor reflexiona sobre una estructura concreta que parece repetirse en los principales mitos de la humanidad, así como en una cantidad ingente de obras literarias como La Odisea, Beowulf, Don Quijote de la Mancha, El señor de los anillos o Harry Potter.
Otros monomitos
El monomito del héroe no solo se da en la literatura, lo cual demostró Christopher Vogler en su libro El viaje del escritor (1992), enfocado en el cine. Vogler establece doce etapas cuyos nombres resultan tan ilustrativos que no necesitan mayor explicación: 1. Mundo ordinario, 2. La llamada a la aventura, 3. Rechazo a la llamada, 4. Encuentro con el mentor, 5. Cruzando el primer umbral, 6. Pruebas, aliados y enemigos, 7. Acercamiento a la guarida del enemigo, 8. La ordalía (o prueba final), 9. Recompensa, 10. El camino de vuelta, 11. La resurrección, 12. Regreso con el elixir.
Algunas películas que cumplen estas etapas con más o menos variaciones son El mago de Oz, Star Wars, Blade Runner, Aladdín, El rey león o Matrix.
Las etapas del viaje del héroe
Joseph Campbell establece diecisiete etapas divididas en tres grandes bloques: la partida, la iniciación y el regreso. Estas diecisiete etapas entroncan con la mitología y no vamos a profundizar en ellas, pero sí que quiero deconstruir el viaje del héroe para saber de qué estamos hablando exactamente. Pongamos por ejemplo a Frodo (los hobbits siempre son muy prácticos). Frodo lleva una vida apacible en La Comarca cuando aparece el bueno (es un decir) de Gandalf. Entonces el apacible hobbit se ve envuelto en una aventura (como antes lo estuvo su tío Bilbo) que, aunque al principio no quiere aceptar, se ve obligado a emprender. Este viaje, por supuesto, será iniciático, y además de pasar por todas las fases anteriormente nombradas, veremos desfilar por sus páginas a todos los arquetipos de la mitología.
El viaje del héroe en la fantasía
En lo que respecta a la fantasía épica, el viaje del héroe ha sido una constante. Aparte de en El señor de los anillos, es tomado como referencia en sagas como Terramar, La rueda del tiempo o Nacidos de la bruma. Aparte de que este viaje forma parte de nuestro inconsciente colectivo y expone el arquetipo del elegido que tiene que salvar su mundo, también representa la lucha del bien contra el mal, y nos da muchas facilidades a la hora de componer una historia.
Cómo seguir el viaje del héroe
La partida del héroe nos permite profundizar en su personalidad y su mundo. Después, con su iniciación, vamos descubriendo junto al héroe ese mundo exterior que le era ajeno, y conociendo a los personajes que le acompañan en su misión. En esta etapa asistiremos a la evolución del héroe, a cómo madura y afronta los peligros, y finalmente, en el regreso, concluiremos la historia, ataremos los cabos sueltos y aprovecharemos para incluir una reflexión sobre las consecuencias de exponerse al horror. Algo que el héroe, pese a las secuelas físicas y sicológicas de su aventura, volvería a hacer una y mil veces para salvar su mundo y a sus seres queridos.
Desventajas del viaje del héroe
¿A quién le gusta leer siempre lo mismo? Si es una obra maestra a todo el mundo, pero desengañémonos, es improbable que vayamos a escribir el nuevo mito moderno. Por eso, quizá, sea conveniente no seguir estrictamente el viaje del héroe y tratar de variarlo. Brandon Sanderson, pese a seguir en parte esta estructura en muchas de sus novelas, la hace evolucionar añadiendo sus propios elementos. Sanderson habla del síndrome de Campbell, y considera que se ha abusado tanto de este estándar que «el género está amenazado de estancamiento».
Alternativas al viaje del héroe
Es fácil confundir el viaje del héroe con cualquier otra estructura narrativa. Que un personaje cumpla sus objetivos no significa que esté siguiendo el camino tradicional del héroe. Podemos reconocer fácilmente el viaje del héroe cuando la trama se reduce a ir del punto A al punto B, conseguir o destruir un objeto de poder, y restaurar la paz (o la democracia galáctica). Que haya uno o varios héroes, un viaje o un objetivo en forma de enemigo al que destruir o mundo al que salvar, no significa necesariamente que estemos siguiendo esta estructura.
Una alternativa interesante es incluir muchos personajes con intereses contrapuestos, de esta manera la trama no se centrará en un personaje ni habrá un objetivo común, con lo que la historia seguirá sus propios derroteros y nos sorprenderá hasta a nosotros mismos, llevándonos por caminos que no teníamos pensados en un principio.
Grimdark
El grimdark, ese anglicismo tan de moda, ese rayo de luz en… no, no, no. No es eso. El grimdark es sangre, violencia y sexo. A veces todo al mismo tiempo. Una alternativa a las historias de fantasía tradicionales es este subgénero caracterizado por ser realista y explícito. Esto no significa que el grimdark tenga que ser desagradable per se, pero seamos sinceros; una historia seudomedieval que pretenda ser realista va a incluir torturas, intrigas y guerras, muchas guerras. Y ya sabemos que la guerra no es un escenario precisamente amable.
Características del grimdark
Ejemplos de grimdark son las sagas de Geralt de Rivia, Canción de hielo y fuego, Malaz: el libro de los caídos o La primera ley, en las que priman los intereses políticos y económicos; el poder en general, y la salvación del mundo, si es que la hay, es más un conflicto de fondo que el principal foco de la narración. Este subgénero, en vez de reflexionar sobre el bien y el mal, reflexiona sobre la condición humana, sus luces y sombras, y los personajes, en vez de ser blancos o negros, son ambas cosas dependiendo del punto de vista, o grises.
Conclusiones
¿Cuántas veces en la historia de la humanidad un grupo de héroes ha emprendido una misión suicida para salvar el mundo de un Señor Oscuro? Mmm… pocas. O, que yo sepa, ninguna. Entonces, ¿por qué esto siempre sucede en los mundos fantásticos? Vale que salvar el mundo es la mayor aventura imaginable, pero cuando la hemos vivido tantas veces la impresión que nos causa es cada vez menor. Guerras de poder y conflictos políticos, en cambio, están a la orden del día, y más en un mundo seudomedieval dominado por la opresión y el oscurantismo. Por eso, si tu héroe quiere hacer un viaje, no necesita irse a la otra punta del mundo. El mayor conflicto al que podemos enfrentarnos se encuentra dentro de nosotros mismos.
Me recomendaron la saga de Geralt de Rivia. Cogí un libro de la biblioteca municipal al azar. Ahora veo que es la definición perfecta de grimdark (nunca la había escuchado antes, gracias). Destila sangre por los poros; las descripciones de sexo son de alguien que ha practicado y vivido la experiencia relatada en ese capítulo y sentido por ambas partes, paso a paso; y la violencia es tan gráfica, que parece que te están crujiendo el húmero al mismo tiempo que al protagonista. Y la lucha psicológica por ayudar al desvalido o apoyar al poder ostentoso deja las neuronas en stand by.
Es apasionante o heladora, como prefieras. Gracias por el comentario, Fran 🙂
La saga de Geralt de Rivia es mi preferida, principalmente porque me enseñó que la fantasía puede tratar cualquier tema: amistad, amor, venganza, filosofía, racismo, sexismo, homosexualidad… Quitando «Canción de hielo y fuego» (Juego de tronos), que todos conocemos, La trilogía de «La primera ley» de Joe Abercrombie está muy bien. Invierte los clichés de la fantasía y es mucho más cruda que la saga de Geralt de Rivia. No obstante, mi novela preferida de este autor es «Los héroes», posterior cronológicamente a «La primera ley» y que cuenta una batalla de tres días. Eso sí, son muchas páginas. Por cierto, acaban de acabar (valga la redundancia) de rodar la serie de Geralt de Rivia. Veremos si le hace justicia a las novelas.