César Gavela. Los astros. Entrevista
César Gavela tiene a sus espaldas una enorme trayectoria como relatista, novelista y ensayista. En Los Astros (Olé Libros) el lector encontrará un Gavela mínimo para componer a retazos las emociones y destila el amor en sus diferentes formas.
César Gavela: «En literatura 8)casi siempre, menos es más».
César Gavela es un maestro de la brevedad plagada de significado y así lo demuestra en esta obra que recopila 80 relatos que consiguen que el lector vaya saltando de un lugar a otro de su vida, componiendo a pequeñas piezas su mapa sentimental y emocional. Te lo cuenta en esta entrevista:
¿Qué se va a encontrar el lector cuando abra Los astros?
Un libro de cuentos breves. Unos son muy cortos, microrrelatos. Otros son de 2 o 3 páginas. Algunos, muy pocos, de 4 o 5. La mayoría son cuentos de amor. De muchas expresiones de ese sentimiento. Unas felices, otras desdichadas, algunas matizadas por la melancolía, otras por el humor, por la ironía o por el erotismo. Amores y desamores. También la memoria de esos sentimientos. Y las ilusiones por vivirlos. El amor es el elemento crucial de nuestro paso por la vida. Infinitos amores, infinitas formas de expresarse. También la muerte está presente en este libro. A veces, unida al amor.
¿El amor es un astro esquivo?
Llega cuando él quiere. No creo que se pueda buscar deliberadamente. Eso sí, uno ha de tener una predisposición. Una actitud que favorezca ese milagro. Esa alegría. Que a veces puede terminar en una gran desdicha. Pero vivir es eso. Esencialmente. El amor no se puede planificar. Incluso ataca desde fuera, por así decirlo, a parejas que se quieren y se llevan bien. El amor es libertario por naturaleza. Provoca la mayor exaltación. Y puede provocar la más grande tristeza.
Sé que te gusta concentrar mucho el texto, de manera que cada una de las palabras que utilizas estén dotadas de contenido imprescindible para el lector, pero ¿cómo lo haces? ¿Cuéntame cómo es tu proceso creativo?
En literatura, para mí, casi siempre menos es más. Me gusta contar lo esencial de una historia, sin aditamentos innecesarios. También me gusta hacerlo con encanto, intentarlo. Con un lenguaje literario y a la vez, sencillo. Ahí está el reto mayor. Yo creo que hay que administrar muy bien los ingredientes, pero siempre eligiendo la brevedad en caso de duda. Lo que no aporta, entorpece. Esa máxima es clave para escribir cuentos. Me refiero a cuentos breves, porque hay relatos más largos, que tienen otro ritmo, otro propósito. En los cuentos cortos, para mí es imprescindible el aliento poético, aunque no sean, en puridad, poesía. Son narrativa: ocurren cosas que cambian la situación inicial del cuento. No son aforismos, no son textos contemplativos, no son prosa poética. Son narraciones.
Su proceso creativo
Mi proceso creativo es muy natural. Nunca me pongo a escribir un cuento deliberadamente: es él quien me busca. Yo le abro la puerta o no. ¿Y cómo me busca? Casi siempre, cuando estoy escribiendo otra cosa, por lo general el capítulo de una novela. Entonces aparece un texto que se desprende del cuerpo del manuscrito en marcha, que busca su vida al margen. Así nacen casi todos mis cuentos. Otros, los menos, surgen de una idea que luego yo desarrollo en forma de relato breve. Esos cuentos suelen tener un sustrato autobiográfico. No quiere decir que yo haya vivido esas historias, eso no. Aunque de algunas estoy cercano. Son fruto de la imaginación, pero de una imaginación que se instala sobre la memoria. Y la trasciende.
El azar y el amor
¿Se podría decir que este libro disturbia, disrumpe? No es un libro dedicado al amor al uso ¿verdad?
Es un libro un tanto disidente, bastante diverso pese a que no llega a las 150 páginas. Yo quería contar muchas experiencias amorosas, desde diferentes posiciones. Esos amores son los de cualquier persona que siente esa emoción. En ese sentido no se puede decir, creo, que planteen cuestiones extravagantes. En todo caso, el amor, ya en sí, no deja de ser una maravillosa extrañeza. Pero sobre ella se construye la vida de las personas, las familias, los intereses, los sueños. El azar suele ser el móvil más determinante. Y si el azar es quien manda, ya entramos en un territorio en buena parte mágico. Por muy real que termine siendo.
¿Cómo has hecho la selección y qué emoción ha predominado a la hora de elegir el hilo conductor?
Tenía unos ciento veinte cuentos, he elegido algo más de la mitad. Me gusta ser exigente, soy algo cruel al descartar. Quería que, como en los demás libros de cuentos que he publicado, cada relato mereciera estar ahí. Formar parte de esa colección. En cuanto a la emoción predominante, creo que son varias, muy cercanas entre sí: la melancolía, el lirismo, la memoria, la ilusión que fragua o que no; también la exaltación del gozo amoroso, físico o espiritual. Y en ocasiones, está el sentido del humor.
¿Qué te gustaría que pensara el lector después de leer este libro?
Que le ha merecido la pena acercarse a sus páginas. Conocer a tantos personajes que circulan por ellas. Adentrarse en sus sueños, en sus verdades, en sus quimeras, en sus extravíos. En su dolor o en su gozo. Creo que los lectores se sentirán identificados con muchos de estos relatos. Que, a la vez, les parecerán diferentes a lo que se suele publicar en el ámbito editorial del relato corto. El amor es un sentimiento universal, inagotable, que siempre nos llama. Este libro también llama a los llamados por el amor. O a quienes esperan esa llamada.