Lo mejor de Almudena Grandes. Lo que aprendí de ella
Lo mejor de Almudena Grandes es toda ella. Es casi inconcebible que alguien así se muera, con tanto por enseñar, con tantos libros como albergaría aún su cabeza. Un ser tan portentoso no puede desaparecer tan joven.
Lo que aprendí de Almudena Grandes
Creo que nunca me ha afectado tanto la muerte de alguien ajeno a mi círculo, porque en realidad era de mi círculo. Una de mis escritoras preferidas que siempre ha pasado la prueba del algodón: entrevistarla y quererla aún más.
Me he encontrado con ella unas cuantas veces, su trato siempre ha sido exquisito. Cariñosa, sincera y apasionada cuando hablaba de sus novelas. De una manera sencilla y accesible explicaba cómo hacía su magia.
Era hipnótico escucharla, No querías dejar de estar con ella y seguir preguntando hasta agotarla. Por desgracia, nunca había demasiado tiempo, pero aún así, era impagable encontrarte con ella.
Cada vez que terminaba una entrevista, pensaba, bueno aún me quedan muchas más, solo hay que esperar al siguiente libro. Aún tenía muchas preguntas que hacerle y ahora se quedarán sin respuesta.
No te puedes hacer una idea de los rituales que hacía cada vez que me compraba o me llegaba un libro suyo. Lo que espaciaba la lectura para paladearla, para que no se me escapase nada, cómo la estudiaba. Y la sigo estudiando en las relecturas.
Que sí, quedan sus libros, pero a mí solo me quedan sus relecturas y no volveré a sentir ese placer de abrir una de sus obras por primera vez.
Y aunque haya terminado, como parece, la serie de los Episodios Nacionales de una Guerra Interminable y pueda leer el último libro de Almudena Grandes, Mariano en el Bidasoa, el nudo en la garganta no me lo va a quitar nadie y ya no va a ser igual.
A ver cómo leo yo ese libro sabiendo que es el último. Es que me cuesta explicarlo, pero para mí, Almudena Grandes ha sido muy importante, no solo por su obra, también por cómo era. Era un genio completo.
Esta mujer ha sido una enseñanza en sí misma, por muchos motivos, por muchas razones. Y esto que viene a continuación solo es la punta del iceberg. Es imposible listar todo lo que me ha enseñado, su literatura está llena de hitos luminosos, enseñanzas que me han ayudado a ser mejor editora y a ayudar a otros a ser mejores escritores.
Aún sabiendo que es imposible contarlo todo, dejo aquí ocho muestras divinas de su literatura, posiblemente las que más me han impactado de ella.
Adjetivos divinos
Almudena Grandes tenía una capacidad innata para encontrar el adjetivo exacto para describir algo, no he visto nada igual. Era implacable en este sentido y en nadie un adjetivo ha tenido ese valor. Sus libros están llenos de precisiones tan exactas que iluminan la mente del lector cuando llega a esas palabras que en su pluma consiguen darlo todo.
De hecho, ese don lo utilizó conmigo una de las veces que nos encontramos. Fue en una rueda de prensa. La verdad es que siempre he sido muy educada, quizás demasiado para ser periodista, el caso es que esperaba mi turno y dejaba que los demás preguntarán y me bautizó como la periodista pudorosa y así me lo puso en el libro que me firmó.
La exactitud de sus emociones
Esto es imposible en otros. Ni en mil vidas. Y es que en sus libros regala esta enseñanza nada más abrirlos.
Nadie como ella para contarlas, para transmitirlas, para dotar a sus historias con emociones desbordadas porque es capaz de contenerlas.
Es una maestra del ritmo gracias a saber plasmar tan bien las emociones, de medirlas, de sacarles el máximo partido. De ahí que sus personajes sean tan reales, tan humanos.
Es capaz de tenerte durante páginas y páginas con el alma en vilo, precisamente, porque sabe cómo tratar la emoción que envuelven sus escenas.
La estructura manda
Muchos escritores, sobre todo los buenos, tienen obsesión por la estructura, pero Almudena se ceñía a ella desde el inicio.
Era una adoradora de una buena estructura. Preparaba sus historias hasta la saciedad antes de ponerse a escribir, de tal manera, que las tenía escritas antes en cuadernos y luego las pasaba al ordenador para darles esa primera corrección.
Le gustaba que todo cuadrara de manera matemática hasta en el número de páginas de los capítulos.
Es famoso su gusto por los capítulos cero y también por la innumerable cantidad de análisis a los que sometía a todas sus tramas, grandes y pequeñas.
En literatura todo es posible
Al lector le da igual, no le importaba lo más mínimo que sus capítulos sean largos. En otros hubieran sido inabarcables, pero en su prosa, son ligeros, tanto que ni te das cuenta de cuándo terminas unos y comienzas otros.
Es imposible desconectar de sus escenas, encadenas unas con otras sin salir ni un segundo a respirar. Su capacidad para engancharte a lo que cuenta hace que se pueda permitir lujos que otros ni hubieran podido soñar.
Y es que nadie como ella para amarrarte a la historia que está contando.
De ella aprendí que todo es posible en literatura, si se sabe cómo hacerlo.
Rigor histórico
Esto, sobre todo, está dedicado a sus últimas novelas, de la serie de los episodios. Almudena Grandes era una gran historiadora, sobre todo de aquello que otros no quieren contar. Era la voz de los perdedores de esa guerra interminable. Ella consiguió más por la memoria histórica que ningún gobierno, porque le dio voz a quien no la tenía.
Verdades incómodas que muchos no quieren escuchar, pero que son necesarias para cerrar heridas, porque hay algunas víctimas que nunca han tenido consuelo, que nunca han sido reconocidas, excepto en sus libros. Ella les ha devuelto la vida con un rigor que es incuestionable.
Y conseguir que toda esa tenacidad histórica se trufe como si fuera ficción, con unos personajes tan impresionantes, es obra de alguien que sabe manejar el género histórico y darle su lugar a cada uno de sus elementos.
Crear un buen personaje
Sus personajes están vivos, son reales. Lo consigue presentándolos de manera inconfundible. Poco a poco, va perfilando un personaje que te habla y te llega al alma, con una entidad completa.
Decía que no le gustaban los personajes perfectos, que sus personajes se equivocaban y sufrían. Y cómo sufrían. Y tú con ellos.
Uno de los secretos para conseguir que los personajes estén vivos y funcionen tan bien en la mente del lector es que el autor sepa comprenderlos y quererlos.
Almudena Grandes nunca despreció a sus personajes por muy malos que fueran, de hecho, le gustaba que fueran malos, le encantaba meterse en la mente de esos personajes llenos de ángulos y comprenderlos. Hacer que siempre aparecieran con un resquicio de alma.
Saltar en el tiempo
A la Grandes le encantaba saltar en el tiempo, en todas sus novelas hay guiños a este tipo de estructuras y se le daba de maravilla hacerlo. Nadie como ella para explicarte el presente con un salto hacia el pasado para que entendieras bien a sus personajes y sus circunstancias. Sus novelas están plagadas de este tipo de técnicas que usaba con una organicidad pasmosa.
Dar con el título perfecto
Otra virtud de Almudena era encontrar siempre el título perfecto para sus novelas, los pensaba muy bien y en muchos casos nada más ponerse a escribir, o incluso antes, ya sabía cómo se iba a llamar la novela.
Igual que adjetivaba como nadie, también era capaz de encontrar las palabras que juntas conseguían ese impacto en el lector. Haz un repaso de sus obras y te darás cuenta de cuánto encierran de sus sinopsis sus títulos y de lo bien que los sabía elegir.
Me queda mucho más
Releo el artículo y me quedo a medio gas, aún me queda mucho que contar de Almudena Grandes porque era inmensa y siempre te dejaba con ganas de más. La pena de perderla será eterna en mi caso y nada que yo escriba podrá hacerle justicia. Es un hecho, solo he podido intentarlo.
Me has emocionado muchísimo con este artículo – homenaje a Almudena Grandes.
Gracias. Un abrazo
Qué dolor…
Mucho, un abrazo inmenso.
Muy bonito
Hola, mil gracias, un abrazo enorme.
Desde luego tu cara de felicidad transmite todo lo que sientes al estar a su lado.Precioso homenaje, allá donde esté, seguro que sonriendo de agradecimiento por tus palabras.
Gracias, preciosa, un abrazo.
Gracias por transmitir con tanto cariño y admiración lo que Almudena Grandes nos hizo sentir con su obra y su grandeza como escritora. La echaremos mucho de menos. Gran artículo
Mil gracias, Sandra, por tus palabras. Me emociona que haya otras personas que se identifiquen con este post que me ha costado tanto escribir. Un abrazo.
Lo que ella te enseñó estará siempre. Personas como ella no dejan de enseñarte, así que no habrá nuevas novelas con su nombre pero seguro que su esencia se recogerá en nuevas creaciones. Bonito post, felicidades.
Mil gracias, Miriam, me ha encantado tu comentario. Un abrazo