María Costa. El secreto de los Sanjuan. Entrevista
María Costa es uno de los nuevos fichajes de la editorial Olé Libros. Su novela El secreto de los Sanjuan podría clasificarse como histórica, aunque no es solo eso, es un libro multigénero que bucea en el pasado genealógico de su autora.
María Costa: «La busqué por inquietud y me encontré con paz emocional»
Realmente, Maria Costa no necesita presentación ya que tiene a sus espaldas una larga trayectoria como periodista, de manera que saber usar bien las palabras es ya una ventaja y una garantía. En sus respuestas encontraras todo lo necesario para enamorarte de esta novela.
¿Qué se va a encontrar el lector cuando abra esta novela?
Una historia de amor y desamor, prohibido. Una historia real basada en secretos de familia que han permanecido ocultos por el miedo y los prejuicios de una sociedad anclada en el pasado. El origen del secreto era sencillo: mi tatarabuelo era cura, pero ¿quién era ella? ¿De qué mujer desciende toda la familia? La busqué por inquietud y me encontré con paz emocional. Para la sociedad de su época, finales del siglo XIX, ella era la culpable de haberse enamorado de quien no debía; ella había cometido un pecado mortal y su familia le dio de lado, la apartó del clan. Cinco generaciones después descubrí a una mujer, que pese a ese ostracismo al que la sometieron, se defendió y alzó su voz para ser reconocida y ocupar un puesto en el mapa genealógico. Sin embargo no lo consiguió y durante cien años nadie supo quién era ella.
Creo que la historia está basada en la historia de tu familia, ¿cómo has conseguido gestionar la implicación personal en la escritura?
Si, la estructura de la novela está basada en hechos reales. Recopilé datos y datos de cifras frías y observaciones hasta que al ponerlas en el orden surgió la historia. Al principio me sentí muy encorsetada porque uno quiere siempre gustar a todos y que todo el mundo sea feliz, le guste lo que haces y te aplaudan. Pero ese “querer agradar a todos” no dejaba respirar la historia. En un momento de ese proceso, —porque de hecho tuve que reescribir la novela dos veces al ir apareciendo documentación que cambiaba el escenario—, decidí que me daba igual. Que la historia tenía que ser libre, avanzar y responder a Gracia. Al fin y al cabo era la historia de mi tatarabuela y el fruto de mi imaginación.
¿Qué ha supuesto para ti como periodista escribir este libro?
Como periodista ha supuesto dar un gran salto. La mayoría de los periodistas estamos enamorados de las palabras, de la comunicación, queremos contar historias que atrapen y solemos ver a los escritores como el hermano mayor, como un objetivo lejano, como un universo difícil de alcanzar. El periodismo es síntesis, simplificación, saber acorralar la historia en cuatro líneas; la escritura es expansión, detalles, observación y dotar de magia a las palabras. Estoy satisfecha de formar parte de este mundo de la escritura prolijo de escritores, de personas que se dejan la piel para crear historias y desean ser leídos. Y el periodismo me ha ayudado a saber buscar la información que la novela requería, a clarificar y tener una idea concreta de los personajes y la trama.
¿Qué destacarías del proceso creativo?
La creación es una de las partes más fáciles de la novela. En sí, consiste en escribir, en dejar volar tu imaginación y galopar por los universos que aparecen ante ti. Es bello, es atractivo, hay dinamismo, hay sentimientos, sensibilidades, ternuras, miedos con los que puedes llorar, sentir o reír. Para mí lo más duro ha sido revisarla una y otra vez, corregir, cambiar partes y quitar algunas. El escritor se suele enamorar de sus textos por lo que, a veces, cuesta desprenderse de ellos. Como muchos escritores noveles acudí a cursos de narrativa para adquirir confianza, vencer el miedo al ridículo y observar qué hacían otros para saber si estaba dando los pasos adecuados. Me sirvieron porque me dieron seguridad, pero a la vez comprendí que no podía perder la paternidad de la historia, ni someterla a otras visiones, debía respetar la mía y creer en ella.
¿Qué es para ti un buen libro?
Aquel cuya historia me atrapa, el tiempo desaparece y me convierto en un espectador, o personaje privilegiado de la historia. Me gusta la literatura que se mueve por terrenos tranquilos, que brinda misterios, que desvela y te permite conocerte mejor. Quiero disfrutar, pero también reír, llorar, aprender y seguir imaginando. Como soy bastante sensible las historias de intrigas, asesinatos y tensión me provoca pavor —me pasa como con las películas— así que prefiero una buena novela, bien escrita, que avanza, sin sobresaltos y te deja feliz.
¿Qué te gustaría que pensara el lector cuando acabe de leer el libro?
Que me llame y me anime a seguir escribiendo. Y luego me cuente qué le ha parecido, que me hable de sus impresiones y me narre sus secretos de familia.
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