Cómo planificar una novela. Pautas esenciales
Cómo planificar una novela. Todas necesitan un mínimo de planificación y la clave está en saber cómo hacerlo de una manera eficiente y sin que te complique demasiado la vida. Sé que las palabra planificación levanta sarpullidos en las pieles finas, pero es lo que hay. Lo siento.
Cómo se planifica una novela
Vamos a comenzar por aquí. Si me sigues habitualmente, esto no te va a venir de nuevas. Es básico planificar tu novela. Da igual el género que tenga. Ya sé que hay mucha gente que dice que es de brújula y que cuando le hablas de planificar se echa las manos a la cabeza, pero es más que aconsejable, sobre todo, para todos aquellos que comiencen en este mundo pedregoso de la creación literaria.
Este tema es tan importante para escribir bien que rehago este post cada cierto tiempo para ir añadiéndole más información y mejorándolo. Es fundamental hacer un esquema aunque sea mental de tu novela antes de ponerte a escribir. Esencial.
Por qué planificar una novela
Que tu mente tenga la capacidad de viajar sola, sin mapas, no significa que al lector le guste ese viaje. Piensa que en una novela, en cada capítulo, estás recogiendo hilos que vas dejando y tejiendo. Es una recapitulación infinita sin poder repetir ni una coma.
No planificar implica que se te escapen determinados detalles y que no seas capaz de recoger alguno de esos infinitos hilos, porque nuestra mente cuando trabajamos en una historia, que ha creado ella misma, se relaja y a veces no es todo lo eficiente que desearíamos. Por eso, de hecho, no podemos corregir nuestros propios textos.
Escribir es seleccionar las palabras exactas para recrear las distintas escenas que vas a necesitar, si no se planifica ni un mínimo, es muy complicado hacer una buena elección. Ya sé que hay escritores que no planifican, como Stephen King o Juan José Millás por poner dos muy distintos. No es un argumento válido. Arriesgarse solo por eso creo que no merece la pena. ¿No crees?
Si quieres que tus personajes tengan entidad y tus escenas coherencia interna y externa debes recoger todos esos matices y hacer un todo continuo. La vida lo hace de maravilla y ella no tiene esquema previo, pero nosotros no somos dioses; por eso, para emular la vida, una escena cotidiana, la que sea, necesitamos tener muy claro por dónde vamos.
Cuando vas con brújula, en muchas ocasiones, tú piensas que estás recogiendo toda esa información para hacer avanzar la trama, pero lo que en realidad haces es repetir datos y dar palos de ciego porque no tienes claro ni de dónde vienes ni a dónde vas.
Además, para más inri: si no tienes claro qué tienes que plasmar en esa novela, cómo vas a priorizar los datos, cómo sabes qué es lo primero que tienes que contar de esos personajes y de esa historia para que el lector quiera vivirla. Y no solo eso, para que lo haga de la mejor manera posible.
Ahora que tienes más que suficientes motivos para ir buscando un mapa, me voy a centrar en los factores que determinan la estructura a elegir.
Claves
La estructura de la novela es su esqueleto. A partir de ahí se va construyendo la historia, a base de capas, la última será la ortográfica. En medio, un sinfín de matices a cuidar para que el resultado sea redondo.
El esquema de la novela debe contener las grandes líneas de la historia y también puede detenerse en más detalles. Dependiendo de lo que quieras profundizar en los temas que trate y en los personajes que la pueblen. Lo ideal es que ese resumen inicial recorra los pasos a seguir de principio a fin.
Lo primero es plantearse qué se quiere contar. Dónde están los momentos más álgidos de esa historia. Esos son los que debe reflejar esa escaleta.
Ese armazón debe contener la esencia de la novela, qué objetivos tiene cada uno de los personajes, qué les va a suceder para conseguirlos o no, todos los condicionantes, las decisiones, los problemas y peligros. Al menos, los más importantes.
La creatividad surge de la planificación
Cuanto más completo sea el esquema de tu novela, mejor. Entre otras cosas porque conforme vayas escribiendo, tu cerebro recibirá diariamente órdenes exactas que irán en función del hilo de la historia. Proyectarás toda tu creatividad en hacer esas escenas lo más redondas posible y el arco de tus personajes evolucionará de manera coherente.
Es decir, si yo sé que mañana tengo que escribir x escenas, en las horas que tengo entre escritura y escritura, mi cabeza se pondrá a ello para pensar solo en eso; no se despistará o se le ocurrirá empezar la casa por el tejado. Si la dejamos vagar, se le van a ocurrir ideas que luego van a tener un encaje complicado en la novela.
Por qué, sencillo. Si tienes un bosquejo, aunque sea mental, de cómo se va a desarrollar la historia, tu mente podrá pensar con más claridad, será capaz de sacarle mucho más jugo a todo aquello que ya le has enseñado y buscará la forma de encontrar hilos que lo recorran todo con genialidad.
Es conveniente dejar de creer en el mito de que planificar la novela matará su creatividad. Solo sirve como excusa para procrastinar. Si trabajas antes de ponerte a escribir la creatividad fluirá, seguro.
Nadie es capaz de ser creativo sin conocer las bases sobre las que crea. A ver si te piensas que Einstein se levantó una mañana y se le ocurrió la teoría de la relatividad así por las buenas, porque era muy creativo. Eso es el fruto de hacer mucho trabajo previo, de sentar bases, de estudiar, de formarse, de experimentar. Sin cimientos no vas a descubrir tu teoría de la relatividad, vas a marearte y a marear a tus lectores de paso.
Y como mínimo, es primordial saber cuál será el final de la historia. Aunque solo sea eso, ya es un paso enorme y muy aventajado sobre los que no tienen mapa.
Un experto suele adivinar si el autor es de mapa o de brújula con solo leer un primer capítulo, se nota. Estoy harta de leer inicios sin pies ni cabeza. Y cuando pregunto por la planificación se oye el cantar de los grillos. Casi nunca falla.
—¿Ya ha vuelto a decir la tontería de lo de ir como pollo sin cabeza?
—No te pongas gallito, Paco, déjala que esta vez no se ha metido con nosotros.
Cimientos de una novela
Hay infinitas formas de contar una historia, debes encontrar la mejor manera de contar la tuya. Tal y como decía Miguel Ángel, debes ver dentro de esa mole de mármol la escultura que debes pulir.
La mente del lector y cómo va a vivir la historia es fundamental para elegir esa forma de contarla: qué parte de la vida de los protagonistas es la ideal para enamorar al lector. Y, más importante aún, qué datos harán que sitúe todas las escenas en su cabeza con lo mínimo posible. Ahí está la clave y la única justificación para variar el orden temporal de los hechos que se cuentan.
Sigue la línea del tiempo
Y es que, aunque decidas que tu historia se contará mejor cambiando la línea del tiempo, lo que está claro es que como mínimo debes tener una previa en clave temporal, para que tu cabeza tenga claros esos parámetros y luego cuando escribas sea mucho más sencillo situarlo todo.
Una vez la tengas, si piensas que tu novela debe comenzar por algún punto que no coincide con el inicio, tendrás una base sólida para hacerlo, sin perderte nada.
Aun así, la línea temporal manda, todo hay que contarlo bajo esa premisa, por eso es fundamental situar a los personajes en el tiempo en todo momento. De hecho, si no encuentras la manera de contar lo que tienes en la cabeza, lo más eficaz es contarlo de manera cronológica.
En consecuencia, si tienes una idea previa aunque sea nimia de los tiempos, será mucho más sencillo distribuir el resto y colocar las piezas para que todo encaje.
El narrador es determinante
Otro punto crucial para planificar es atender al narrador. Es muy importante definir el narrador al mismo tiempo que se bosqueja la novela. Ya que la voz o las voces que van a contar la historia también la determinan.
No es lo mismo una novela en primera persona que en tercera, ni con varios narradores o con uno. Eso también tendrás que tenerlo en cuenta a la hora de planificar.
En caso de tener, por ejemplo, varios narradores que han vivido lo mismo, es fundamental tener claro qué cuenta quién en función de su papel en esos hechos. Así no repetirás datos y cada intervención será un avance en la trama.
De hecho, hay novelas cuya trama central está basada exclusivamente en su narrador, digamos que lo único importante es lo que le pasa a él. Sucede, por ejemplo, en algunas novelas escritas en primera persona. En estos casos estructura y narrador son lo mismo. Aunque eso no te exime de hacer el esquema con los puntos álgidos de tu historia.
Cada historia tiene su planteamiento
En el caso de que pienses que el lector va a introducirse, comprender y disfrutar más y mejor de la historia cambiando el orden de los acontecimientos, sopesa las diferentes formas de contarla y elige. Aquí te dejo algunas de las estructuras no lineales más comunes:
- Circular
- Paralela
- Convergente
- In media res
- Invertida
- Vanguardista o inestructurada
Cuidado con esta última, se supone que no tiene estructura, pero en estos casos, el autor se tiene que emplear a fondo porque para que una novela así funcione (en la que los tiempos y los espacios se mezclan sin transiciones aparentes), hay que estudiar ingeniería antes. Aviso.
Empeñarte en que tu historia tenga una estructura determinada, para lucimiento, como experimento o porque piensas que tus lectores van a pensar que sabes escribir mejor, es un error enorme. Cada historia tiene un esqueleto o varios desde los que se puede contar mejor y esa es la única regla que debes atender a la hora de hacer su esquema.
Si te empeñas en contar tu historia de otra forma a cómo debería desarrollarse orgánicamente, tu escritura no fluirá y, lo que es peor, el lector no la recibirá tal y como tú la tienes en la cabeza, lo que conlleva que no le va a gustar tanto como piensas. Las filigranas en este sentido suelen salir caras.
Aquí, una vez más, se demuestra que se debe escribir con las tripas, pero con la cabeza bien atenta a todo lo que se escribe para racionalizar y poner en su sitio cada elemento.
Lectores celebrando que has planificado tu novela
Conclusiones
- Escribir una novela es algo que requiere un mimo exquisito.
- La calidad de una novela no está en la estructura que elijas. Lo importante es contar bien la historia y emocionar al lector con ella. Tus recursos brillarán si dominas la técnica que utilizas.
- Si te esfuerzas por meter una historia en un armazón que no es el suyo, lo más probable es que estallen las costuras o te venga grande el proyecto. Es igual de peligroso que no hacer ningún mapa antes.
- Planifica, cuida cada detalle, no repitas nunca nada y busca la manera de enamorar al lector sin apabullarlo.
- El orden cronológico manda, aunque la novela no sea lineal en el tiempo.
- Espero que te haya quedado claro cómo hacerlo, en caso contrario, cuéntamelo.
¡Venga, a escribir!
Gracias por tus consejos
De nada, un placer 🙂
La mayor parte de lo que he escrito ha sido con un plan previo trazado, pero también he escrito sin haberlo hecho y creo que el resultado no fue malo. Aun así, reconozco que es mucho mejor y más fácil construir una casa con el plano hecho. Y si encima lo dice Yolanda, más todavía.
Hola, Alejandro, no porque lo diga yo, hombre, es que es mucho mejor. Un abrazo
Estoy de acuerdo con tus postulados. Sin embargo, conociendo los malabarismos y magia para hacer una novela. Me desilusiona ver que tanto trabajo pocas veces es remunerado. Correctores, maquetación, diseño, etc. El futuro de un libro tan incierto como un billete de lotería. El grueso de la población no lee, y nos miran como entes raros. Leí que en España hay más escritores que lectores. Escribir es «apostarle a la cultura del fracaso», dice un autor mexicano. Terminaré mis tres libros avanzados y adiós a las letras. Buscaré otro hobby acorde a mi naturaleza. Mi familia se queja por no dedicarle más tiempo. Obras que rematan en cualquier tienda. Librerías cerradas. Millones de libros lanzados cada año. El panorama es desolador. Me vacunaré contra este virus.
Un gusto saludarte, Yolanda. Bendiciones y mucha luz.
Hola, siento que estés tan desilusionado, mucho ánimo con esas obras. La literatura es así, no puedes saber a dónde irán a parar tus libros, pero si no los cuidas, es fácil saberlo. Un abrazo.
Como siempre tus artículos son un aprendizaje contínuo para mí. Hay datos nuevos que desconocía de la estructura y me abre ahora un nuevo campo a descubrir. Muchas gracias.
Hola, muchas gracias, hacer una buena estructura, acorde con lo que se quiere contar, es fundamental para que el lector disfrute de la obra. Un abrazo9 enorme.
Hola Yolanda, te cuento que estoy en el momento de ordenar una bola de textos con la idea de publicarlos.
Tengo bastantes relatos no muy largos, tres cuartillas da promedio.
También algunos sonetos y un texto ya más largo de unas noventa cuartillas, autobiográfico.
Este último, me está tirando un poco hacia que sea una novela. No me acaba de convencer el hablar solo de mi mismo. Creo que sin darme cuenta puedo cansar al lector.
Me parece que debo empezar a inventar personajes, épocas y lugares.
Tu escrito sobre la estructura y el norte además de la decisión de elegir al narrador, me son de gran utilidad. Me has dado claridad. Muchas gracias.
Afectuosos saludos desde Mexico , particularmente de Cancun, donde resido
Hola, me alegro mucho que te haya servido de ayuda el artículo. Mucho ánimo con ello.
Un abrazo,
Cada día se descubren nuevas cosas leyendo sus artículos. Gracias por compartir sus conocimientos generosamente. Un cordial saludo. Bendiciones.
Gracias por tu mensaje, me anima a seguir escribiendo sobre narrativa. Un abrazo.