Por qué usar la primera persona
Por qué usar la primera persona. Este narrador habla de novelas que profundizan en la mente del personaje, aunque no todos son iguales ni lo hacen de la misma manera. Este post espero que te sirva para aprender más sobre este tipo de narrador y así poder usarlo cuando tu historia lo necesite. Porque esa es otra, no eres tú quien elige al narrador, es tu historia la que tiene uno que debes saber ver.
Por qué elegir un narrador en primera persona
Muchos autores me escriben agobiados porque su historia no fluye, no hay manera de conseguir que la estructura que han planteado se vaya formando porque hay momentos en los que se para sin remedio y no vuelve a arrancar. En muchas de estas ocasiones, ocurre que no han elegido bien al narrador. Otras es porque tienen que tirar 20 páginas a la basura, como dice Almudena Grandes.
El narrador forma parte del hilo conductor de la historia, quien tiene las claves del ritmo, prioriza los datos y ofrece las pinceladas del universo en el que se va a enamorar el lector. Así que hay que tratarlo con reverencia.
¿Cómo elegir al narrador que tiene que contar tu historia?
Por qué usar en narrador en primera persona. Lo único que puedes hacer es ponerte a escribir y ensayar con varios narradores, casi de inmediato sabrás cuál es tu narrador. Olvídate de esas ideas absurdas de «he pensado que voy a escribir una novela en primera persona». Porque sí, sin tener más datos. Sin saber si la historia que quieres contar se va a vehicular bien con ese narrador es una locura. Y ni se te ocurra pensar que la tercera persona es más fácil y lo aguanta todo.
Si necesitas algunas pistas más, te diré que pienses en lo que quieres contar, cómo se va a entender mejor la historia, con un narrador que lo sepa todo, pero no puede profundizar tanto en un personaje o es necesario profundizar en la mente de un personaje o de varios para poder entenderla. Porque también existe la posibilidad de varios narradores en primera persona. Difícil, complicada, pero deliciosa si se sabe hacer bien.
Un narrador muy subjetivo y a la vez equidistante
Da la casualidad que últimamente he leído algunas novelas que tienen ese narrador y todas ellas han resultado estupendas y muy efectivas. Creo que la mejor manera de explicar este narrador es con ejemplos, así que vamos con el primero: Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson.
Esta es una novela muy especial, su primera persona es muy particular y de eso te das cuenta nada más comenzar a leer, ves que algo no está funcionando bien en esa cabeza o que tal vez funciona demasiado bien. El caso es que es una primera persona sincera y clara, a pesar de que se guarda muchos datos y los va desgranando poco a poco a medida que el lector va conociendo mejor a la protagonista y al resto de los personajes que la pueblan.
La primera persona de esta novela es muy exterior. Vamos a ver si me explico. Es una primera persona que no te cuenta todo lo que siente o piensa la protagonista, actúa casi como un narrador en tercera persona, sobre todo en el personaje de su hermana porque puede hacerlo, la conoce muy bien, pero también lo cuenta a través de los gestos o lo que cuentan otros personajes que nos deja atisbar dentro de ellos. Así en muchos momentos sigues la historia olvidándote de que te la está contando ella en algunas ocasiones. Y eso también tiene un aquel y un por qué. En este caso desde luego.
Y es que esta primera persona más alejada es perfecta en esta ocasión, en la que una voz más profunda podría distorsionarse. No quiero hacer spoiler, pero me da la impresión de que si no te cuento que el personaje tiene algunos problemas, tampoco podría justificar bien esto que acabo de decir.
El caso que es su visión es bastante distorsionada y hace cosas que no debería hacer un narrador para mantener el halo de misterio hasta el final; algo que no se le consentiría a otra primera persona porque o destrozaría la estructura o desvirtuaría el papel que el narrador que debe tener en una novela. O sea, la autoridad suficiente para que el lector le permita contar la historia desde su perspectiva. Y no digo más porque quiero que leas la novela.
La novela negra y el narrador en primera persona
Seguimos con buenas novelas, ahora le toca el turno a Despiertame cuando llegue septiembre, de Mónica Rouanet. En este caso, la primera persona cuenta toda la historia también a través de ella. Es una primera persona mucho más profunda que no tiene que dar tantas muestras de que puede llevar la historia ella sola. La protagonista, una mujer madura, emprende un viaje a Inglaterra desde un pueblo de la costa valenciana en busca de su hijo desaparecido.
Es una novela de detectives guiada con maña por esta primera persona que se sale de todos los cánones de la novela negra. El estilo y la sencillez con que esta mujer se expresa engancha desde el principio y ahondamos todo lo que nos deja la autora en sus pensamientos. Un inconveniente de la primera persona en la novela negra; o en toda aquella que el suspense o cómo se desgranan los datos sea la clave; es que el personaje no se puede guardar nada porque sí. Aquí está resuelto narrando en presente. El personaje no te puede contar nada que no sabe en ese momento.
Por otro lado, en una novela de estas características, la primera persona se puede quedar corta y el autor, en este caso la autora, tiene que ingeniárselas para que todo cuadre, pero Rouanet lo resuelve bastante bien y en los momentos en los que se tambalea, la voz que te lo cuenta todo es tan buena que deja de tener importancia.
Ahí es cuando entra en juego la importancia de elegir bien el narrador porque uno bueno te salva una novela que en otras circunstancias se desmontaría por sí sola.
Varios narradores en primera persona
Tercer ejemplo, Un hotel en ninguna parte, de Mónica Gutiérrez. Aquí hay tres primeras personas, vamos conociendo la historia de la mano de estas tres voces y esta avanza a través de ellas. hay una que predomina sobre las demás, la de la protagonista. Y el juego se establece mediante correos electrónicos. Una buena herramienta para contar una historia. La narrativa epistolar es un recurso que viene de lejos.
Otra muestra de primeras personas y correo electrónico es Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer, maravillosa. Dos voces que se enamoran a través del correo electrónico. Esta es inolvidable, entre otras cosas porque es impecable en su ejecución.
La dificultad de elegir varias primeras personas viene dada por ser capaz de utilizar un tono distinto y una voz que se diferencie del resto. Aquí no hay trampa ni cartón, si tienes habilidad para cambiar el registro puede funcionar, si suenan todas las voces iguales, se verá como un recurso pretencioso al que no has sabido sacarle partido. Así que piénsalo bien antes de tomar esta decisión.
Una obra que estoy leyendo en estos momentos que utiliza este recurso y lo hace bastante bien es Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler. Cada capítulo es una voz. La de los amigos que forman un grupo y a través de ellos los vamos conociendo más. La trama avanza y retrocede a medida que se suceden las voces. En este caso es un buen recurso porque algunos de ellos tienen secretos, a los que el lector nunca podría acceder a no ser que se utilizara esta primera persona.
Es una delicia ir descubriendo qué piensa cada uno de lo que se va contando y cómo enfocan sus vidas muy diferentes una de la otra. Es una visión muy parcial de lo que se cuenta, claro, con claros y oscuros, con elipsis, con saltos en el tiempo, pero la historia se entiende de maravilla y la novela engancha mucho precisamente porque el lector quiere saber qué piensan unos de los otros. Un juego al que Butler sabe jugar y tiene bien medido, sin duda.
También utiliza varias primeras personas una de mis autoras fetiches, Maggie O’Farrel en La Extraña desaparición de Esme Lennox (te dejo la reseña aquí). Y lo hace de manera magistral como casi todo lo que hace. Otra historia que sería imposible de contar sin estas tres voces.
Preguntas clave
Si a ti no te va eso de ir probando en qué narrador fluye la historia (aunque te digo que es lo mejor) aquí te dejo las preguntas clave que te indican qué narrador elegir:
- ¿Qué datos vas priorizar primero?
- ¿Qué estructura va a tener lo que quieres contar?
- ¿Desde qué perspectiva debes hacerlo?
- ¿Hasta dónde quieres profundizar en los personajes?
Estas cuatro preguntas son ideales para descubrir en qué narrador debe recaer la historia. Si eliges bien, verás que todo fluye y encaja a la perfección.
Lo esencial de una primera persona
Las historias contadas en primera persona suelen enganchar al lector porque es capaz de verse reflejado con mucha más precisión que en una historia contada en tercera persona. Aunque se corre el riesgo de no calibrar bien esa voz y perjudicar precisamente esa línea empática.
Si te nace contar algo en primera persona, te pones a escribir y todo fluye, es sin duda en narrador que debes escoger. Eso sí, a partir de ese momento, estudia muy bien a ese personaje, conócelo más que a tu propio ser y ponte a ello.
Si son varias voces, la cosa se complica, pero no te desanimes, Haz un estudio pormenorizado de todas las personalidades, elige formas de expresión que puedan diferenciarlos, gestos, movimientos, formas de relacionarse y un largo etcétera tan largo como variables existen en los diferentes elementos que componen el carácter de una persona. Después, ponte a ello en esa clave.
Sobre todo, nunca tengas miedo, no hay forma de saber hasta qué punto uno es capaz de hacer algo hasta que se pone a ello. Así que mucho ánimo. Lee mucho y adelante.
Intreresante artículo, siempre se aprende contigo algo nuevo; en este caso, poder utilizar varios narradores en primera persona en una misma novela. Y sobre todo, que hay que probar p<ara ver que es lo que más conviene.
Hola, Alejandro, mil gracias por tu comentario. me encanta que te haya gustado el artículo. Claro, probar es la mejor solución, siempre. Un abrazo enorme
Hola, gracias por el articulo, me has dado ideas sobre todo de poner a varios narradores en primera persona. Si me funciona te lo digo. Un abrazo y no cambies.
Genial, mucho ánimo con el proyecto, ya me contarás qué tal te ha ido. A por ello. Un abrazo