Lector cero: qué es, tipologías y cómo elegirlo
Qué es un lector cero. Existe mucha confusión en torno a qué es y qué hace. De hecho, oigo a gente reputada en el sector cuyo concepto de lector cero no tiene nada que ver con el mío. No sé por qué en el mundo editorial, donde todos los conceptos deberían estar claros (nos dedicamos a las palabras), nunca se sabe de qué hablas cuando dices lector cero. Vamos a ver si al menos queda claro lo que yo pienso.
Qué es un lector cero
Un lector cero es un profesional que se dedica a certificar que una obra está lista para publicarse. Es un lector avezado y experto que buscará todos aquellos puntos débiles que se han quedado en el borrador después de varias correcciones y ediciones. Es una figura imprescindible para cualquier proceso de edición. Muchos piensan que no es tan estrictamente necesario, pero bajo mi punto de vista es esencial.
Todos necesitamos un lector cero
Cuando llevas meses, incluso años, pensando en la misma historia, la puedes desarrollar en tu cabeza hasta en el último detalle. En ese punto te encuentras cuando terminas de escribir y corregir unas cuantas veces tu propio libro. Ahí ya no eres capaz de leer, tu cabeza le da al play de su memoria, que es mucho menos esforzado, se te escapan miles de incongruencias que un lector externo con preparación encontrará en un primer vistazo.
Puedes tener la historia más impactante, los mejores personajes, los giros más brillantes, pero si se te escapa un detalle, por nimio que sea, todo ese trabajo ingente puede venirse abajo. Para que eso no suceda, está el lector cero.
Además, también es fundamental cuando estás en un proceso de edición con un profesional. Lo digo por experiencia. Cuando llevo varios meses trabajando en abrillantar una obra también noto que dejo de leer. Tengo que hacer un esfuerzo muy grande para seguir estando alerta. Todo me parece perfecto. Así que al finalizar el servicio de editing, contrato a un lector cero profesional que certifica que el trabajo que hemos llevado a cabo el autor y yo es impoluto.
—¡Eh! Mírame, estoy aquí… ¡Eh! Soy el detalle que va a desmontar tu novela… Nada, por mucho que aparezca, no me ve…
Alternativas a tu alcance
El problema viene a la hora de elegir quién lo hará. Aquí hay diversas variantes por las que optar.
Elegir a varios lectores cero de confianza. O sea, no voy a pagar un duro por el servicio y mis amigos, más o menos, estarán encantados de leer lo que acabo de escribir. Bueno, a priori, no es una buena idea,entre otras cosas porque estás regalando tu novela sin ninguna garantía.
Aquí algunos se echarán las manos a la cabeza y dirán: pues sí, hombre, con lo bien que lo hacen mis amigos voy a yo a dejar mi novela en otras manos. Que puede ser. Tranquilidad. Por supuesto que hay excepciones, seguro que hay autores que tienen en sus amigos a sus mejores editores. Es genial que sea así. Y en este caso, es perfecto.
Lo que ocurre es que hay también quien no mira ni repara, hace llamamientos en las redes o se lo pide al primero que pasa por la calle o por Twitter. Sin saber nada de a quién le va a enviar su obra. Y luego pasan estas cosas (en el mejor de los casos):
—Me ha gustado mucho.
—Ya, pero por qué.
—Ay, no sé, el protagonista… tiene algo que engancha.
—Sí, pero qué tiene.
—Ay, no sé, es que no sabría decirte
Y así una tarde entera. Yo tampoco sé si merece la pena.
¿Sabes si tus amigos o conocidos tienen el criterio literario necesario para que que te sirva de algo regar tu novela por el mundo? Pues eso.
El cuestionario de marras
Y si hay una situación peor que la anterior, el momento en que el lector cero que se ha ofrecido amablemente recibe un cuestionario de tropecientas preguntas junto a la bonita obra. Ole, y el autor se queda tan ancho.
Aquí hay para un año de post, de verdad, no hay cosa peor. Primero porque si tus lectores cero no tienen ni idea de narrativa, da igual las preguntas que les mandes. Segundo, si mandas un cuestionario estás mediatizando a ese lector y no te va a contar precisamente lo que está mal, se fijará en esas cosas de las que tú dudas, que ya las has detectado tú. Haces que tu inseguridad se transmita a los otros y los invalidas como lectores cero. Tercero, es feo, muy feo.
Mandar una ristra de preguntas a lectores cero que encima te van a hacer este favor sin ninguna retribución… En fin. En serio, sé que si lo has hecho alguna vez, ha sido con buena intención. Piensas que estás facilitándoles el trabajo, pero no suele ser así. Cuando ven venir aquello, se quedan como la liebre que mira los faros de un coche. Maldicen el día que te dijeron que sí y piensan, ja, la lleva clara.
Verás cuando se entere de que ni me la he leído ni pienso contestar a las 1.000 preguntas que me mandó
No es un informe de lectura
Además, quién manda esto, está diciendo que no tiene ni idea de lo que ha pedido. Un servicio de lector cero no tiene nada que ver con un informe de lectura. Y me da a mí que esto último es lo que quiere, en realidad, la persona que manda el cuestionario. Y eso, gratis, no lo veo.
Un lector cero, tal y como indica su nombre, es ponerse en el papel del lector.
Si es una novela, por ejemplo, lo importante es que entretenga, que no tenga cuellos de botella, que los personajes se perciban en su esencia, reales por muy estrambóticos que sean… Y un largo etcétera que ya saben los lectores cero profesionales, y espero que tus amigos. Al menos, espero que elijas a aquellos que sean ávidos lectores en su vida cotidiana.
Si no es el caso, mátame camión y termina pronto con esta agonía. Si eres capaz de regar tu historia por el mundo mundial, entre criaturicas que no han visto un libro en su vida, que Dios nos coja confesados.
Lector cero profesional: qué tiene que tener
Como ves esto no va a ser tan fácil. Yo tampoco te voy a decir a quién elegir, solo te doy ideas. Eso sí, si eliges a un profesional, cuando termine su trabajo tendrás localizados los puntos débiles de tu obra, también sus potencialidades. Hay dos formas de hacerlo:
- Informe: tras las lecturas necesarias de la obra se envía un documento acerca del estado de la obra en cada uno de los apartados estipulados. Según mi criterio son los siguientes:
- Tema central
- Estructura
- Personajes
- Género
- Ritmo de lectura
- Valoración comercial y literaria
- Conclusión
- Sobre la propia obra. El lector cero va señalando en la obra dónde se encuentran los puntos débiles y fuertes para que sea más ágil hacer los cambios después. Esta es la que más me gusta. La que hago siempre después de un editing. Tener un informe es válido si está bien hecho, pero esta modalidad tiene varias ventajas añadidas. Además de ir al grano, también te permite ver in situ mejor el error y detectar si el lector cero sabe lo que hace de manera más rápida.
Cómo elegir lector cero
Parece que avanzamos en el tema, vamos a ver a quién elegimos. Qué características tiene que tener ese profesional para que su informe sea de utilidad. Asegúrate que la persona elegida cumple estos cinco requisitos:
- Grandes conocimientos de narrativa. Alguien que no sepa analizar los cimientos de un libro difícilmente sabrá identificar los errores y, menos aún, argumentarlos. Un lector cero debe ver el esqueleto de los libros mientras los lee.
- Lectura compulsiva: tiene que leer todo tipo de géneros y saber cuáles son las principales características de cada uno. Si no es un buen lector, no sabrá cómo hacer este trabajo. Si solo lee un determinado género, su informe estará muy sesgado y no va a enriquecer la obra en la que está trabajando. Ni siquiera si tu obra se encuadra en este género. Entre otras cosas, porque si no hay riqueza en este sentido, tampoco se podrá valorar en su globalidad la obra.
- Objetividad: es una de las características más importantes. Debe ser alguien que no te conozca y sepa evaluar la obra de una manera fría y bien argumentada.
- Respeto: el lector cero debe respetar tu trabajo y ser consciente de lo que te estás jugando. Un mal diagnóstico puede echar a perder una buena novela.
- Argumentos sólidos: todo lo que te indique debe estar sobradamente argumentado y si recibes alguna indicación que no entiendes debes poder preguntar y que la respuesta sea satisfactoria. Todo lo que se detalle en el informe o la obra debe estar justificado y explicado.
Niveles de análisis
Muchas veces se confunde, como decía antes, un servicio de lector cero con un informe de lectura o con un análisis total de la obra. La diferencia está en la perspectiva desde la que se lee.
Un lector cero está posicionado en la parte del lector. Sus informes no son tan especializados como un análisis de lectura y, por supuesto, no tienen el detalle que tiene un análisis total de la obra que es la parte previa al editing.
Otra confusión que es común es en qué punto de todo el proceso hay que hacerlo. Mucha gente piensa que se debe hacer al final, justo antes de publicarse, pero eso no es así. Cuando haces un lector cero, cambias cosas, si ya has hecho la corrección ortográfica y de estilo, ¿quién se encargará de revisar todos esos párrafos que has introducido? Y dirás, hombre, por unos cuantos párrafos… Y digo yo, qué te cuesta hacer la corrección ortográfica cuando toca y no antes. Es la manera de asegurarte de que tu obra está lo más impoluta que se pueda. No digo perfecta porque eso es imposible.
Espero que a partir de ahora tengas más puntos claros la hora de elegir profesional y tipo de análisis. En caso de duda, sabes que puedes contactar conmigo. Y recuerda, nunca se acaba de corregir un libro.
¡Hasta la semana que viene!
He pasado por este paso, un informe de lectura a un profesional, el mismo que me hizo la corrección ortotipográfica, y me han defraudado los dos trabajos; encima de pagar mucho dinero.
Un saludo
Hola, Alejandro. Lo primero, gracias por tu comentario. Evidentemente, no todos los informes de lector cero son iguales ni todo el mundo puede hacer este trabajo, por eso insisto en el artículo en que es necesario elegir bien. Fundamental, porque para poder hacer un buen informe como lector cero hay que tener las alarmas bien engrasadas. Además, también es cierto que si cuando trabajas, das el 100%, te puedes equivocar, pero no se podrá decir que no lo has hecho a conciencia. El secreto para transmitirle a la otra parte todo eso es justificar todo lo que se propone y tener un buen canal abierto, por si el autor necesita alguna explicación más. Es una tarea difícil la del lector cero, mucho, pero si se hace bien, también es mágico y salva novelas. 🙂 Un abrazo
Me ha resultado muy clarificador al resolverme muchas dudas que tenía y otras que he aprendido porque no las sabía. Es una suerte poder contar con tu ayuda.
Gracias. El principal objetivo del blog es compartir experiencias y ayudar en todo lo que pueda, así que cada vez que me decía que os sirve mi aportación, me pongo muy contenta 🙂
Hola Yolanda.
He tenido lectores cero no profesionales cuyo interés, para mí, es saber si la novela les gusta o no. Ya he escrito la novela, revisado mil veces y tengo un borrador listo para que una revisión profesional. Por mucho que tenga la sensación de que mi novela es fabulosa, siempre tengo dudas de si realmente lo es o me dejo llevar por la ilusión. Considero a algunos almigos y familiares como lectores cero de impresión, es decir, que me interesa ver si la historia les engancha, les atrae, les ilusiona y si existen o no partes de ella que le hayan resultado pesadas o que sobran. Nunca entran en profundidad o es muy raro que lo hagan, pero no se les puede pedir más que eso porque, incluso si la novela es mala, nunca van a ser sinceros en su opinión para evitar dar un disgusto o quedar mal.
Y es ahí, justo cuando tienes tu novela escrita y ha pasado el filtro de uno o dos o tres lectores cero de impresión cuando sabes que necesitas un lector cero de juicio, es decir, alquien cuyo objetivo sea, como bien dices, analizar la obra en su totalidad en busca de mejoras, puntos fuertes, débiles, personajes bien construidos, tramas bien hilvanadas…
Por último, ser lector cero conlleva leer una novela de un género que probablemente no te guste, que no sea una gran historia y que tenga lagunas, subtramas sin sentido o incoherencias. Saber transmitir esto al lector de una forma que entienda cómo hacerlo mejor es todo un reto y no está al alcance de cualquiera. Eso es mucho trabajo y, como tal, debería hacerlo un profesional.
Un abrazo.
Hola, Ricardo, gracias por el comentario. Es muy complicado para alguien, que tiene una vinculación emocional contigo, juzgar tu novela. Nunca somos objetivos, ni siquiera lo profesionales lo somos. Es así, el ser humano no se puede desvincular de sus emociones, a no ser que sea un psicópata, claro. El caso es que un amigo o familiar, además de que no puede profundizar en sus criterios, nunca será capaz de decirte todo lo negativo que ve en tu novela. Es así y está bien que así sea. Para eso existen los lectores cero profesionales para ser certeros e indicarte donde se encuentran los principales cuellos de botella y ayudarte a que publiques una obra lo más pulida posible. La cadena de creación de un libro se ha reducido a lo más prosaico, es decir, ahora con que no tenga faltas de ortografía sobra, pero se olvida que un libro requiere de muchos ojos antes de ver la luz. Un abrazo, Ricardo 🙂
He dedicado algunos años de mi vida a leer poemarios de amigos y gente que tiene a bien recomendar mi lectura, tengo experiencia impartiendo talleres y aún cuando recibo comentarios excelentes sobre el detalle en mi lectura es muy difícil que alguien quiera pagar por una lectora con experiencia. Las pocas veces que he podido cobrar recibo reclamos porque tal parece que su dinero debía garantizarles mi buena opinión. Es un trabajo de amor y espero no dejar de hacerlo nunca pero no es nada fácil.
Hola, Rosa, la verdad es que mi experiencia como editora es muy diferente a la tuya, me pagan por analizar textos, mejorarlos, potenciarlos sobre todo en fondo, pero también en forma y, a veces, por escribirlos. Es mi forma de vida y el feedback con mis autores no puede ser mejor. Bajo mi punto de vista es una profesión maravillosa y espero poder seguir ejerciendo hasta que las fuerzas me dejen. A veces, es importante, comunicar bien a qué te dedicas y qué no estás dispuesta a asumir. Eso evitará que te encuentres con situaciones incómodas e injustas. Aunque, la verdad, es que no sé qué decirte porque tampoco sé mucho más de tu experiencia. Solo que sigas intentándolo y que te mando mucha suerte. Un abrazo.
Hola Yolanda,
Ante todo, te agradezco este artículo tan esclarecedor para los que acabamos de aterrizar en este mundo de lectores cero. Soy traductora-correctora y estoy calibrando la posibilidad de empezar una nueva faceta profesional como lectora cero. He aprendido mucho con tu artículo, pero tengo inmensas dudas sobre cómo empezar. Me estoy ofreciendo como lectora cero voluntaria a autoras de novela romántico-erótica. Según se comenta, no puedes ser lectora cero profesional si no eres escritora o editora, por eso de conocer el oficio para elaborar un informe de lectura.
Como aún no tengo las cosas muy claras, lo que estoy intentando hacer es, primero, una revisión ortotipográfica, sintáctica y morfológica, después, detecto errores, incongruencias, desfases en analepsis y prolepsis, anacronías, errores por falta de atención y documentación, lo que no me gusta, lo que sí me gusta y por qué. Esto lo voy haciendo sobre la marcha en Word o pdf (dependiendo del formato que me envían) insertando comentarios sobre el documento a medida que voy avanzando en la lectura. A ver, estoy con mi primera lectura cero que ya se ha publicado, pero como tenía muchos errores, me puse en contacto con la escritora y me ha autorizado a revisarla. Me animé a ello porque había salvado la última novela de una escritora de romántica-erótica que había tenido un error fatal con la novela ya publicada. La corrección fue instantánea.
Algunas de mis dudas son ¿esta es una metodología correcta? ¿Hay alguna plantilla o modelo que deba seguir una lectora cero voluntaria? ¿Hay algún curso o formación especializada para ser lectora cero profesional sin ser escritora o periodista, por ejemplo? ¿Hay alguna tarifa que se pueda aplicar en una lectura cero no profesional? ¿Se tiene en cuenta el número de palabras para aplicar una tarifa?
Agradecería muchísimo alguna información porque realmente me encantaría dedicarme a esto.
Gracias de nuevo.
Hola, Silvia, la primera regla de oro es que si ya se ha leído el texto para hacer una corrección ortográfica o de estilo de la obra, eso invalida la capacidad de hacer una buena lectura cero. También a la inversa. Porque lo bueno de un lector cero es que lee el texto de manera virgen, se centra en esa experiencia lectora, de ahí la importancia de que sea la primera impresión de esa historia, pero si ya se ha leído, el cerebro no detectará todo lo que debe y pasará por algo errores y defectos, también potencialidades.
Respecto a las tarifas, cada lector cero tiene un método y también fija unas tarifas determinadas, dependiendo del método, de lo que necesite cobrar para subsistir y de la dificultad y el tamaño de la obra.
Debes fijar tu método, ajustarlo a tus capacidades y apostar por él.
Este tipo de servicios son muy delicados, debes tener la certeza de que puedes hacerlo con solvencia. Una corrección ortográfica es mucho más objetiva, pero un lector cero, requiere de infrarrojos y siempre es subjetiva. Yo llevo casi diez años trabajando en ello y nunca le pierdo el respeto. Es algo muy serio. Nunca se acaba de aprender y siempre se debe tener la precaución de justificar hasta la última corrección que se haga, para que el autor pueda entender si se ha hecho con conocimiento de causa o no.
Mucho ánimo y a por ello.
Hola, Yolanda, es evidente que para editar un libro necesitamos algo más que ganas de figurar en el inmenso cielo literario. Yo sé que hay pocos escritores competentes y experimentados. De esos que te apasionan, divierten y enseñan. Reconozco un gran vacío de plumas que te toquen el corazón. Para editar un libro necesitas una buena cantidad de dólares. Desconociendo el final de la obra. Mi sueño es llegar a ser, algún día, un autor de los que casi no necesitan corrección (o las estrictamente necesarias). Reconozco tu profesionalismo y conocimientos. Necesito un lector cero que sea imparcial. Un informe de lectura objetivo. Y luego una editora como tú. Pero no me has dicho en mi privado en cuanto sale todo eso. Debes sincera y decirme, cobro tanto. Me gusta la franqueza y tengo una mente abierta.
Un placer leerte.
Hola, José, envíame un correo electrónico con dos capítulos de tu obra y cuéntame el número de palabras que tiene. Sin leerte ni saber estos datos no puedo hacerte ningún tipo de presupuesto. Quedo a la espera. Un abrazo,