Sergio del Molino, La mirada de los peces. Entrevista
Sergio del Molino vuelve a la adolescencia y rinde homenaje en su último libro a Antonio Aramayona, activista político y su profesor de filosofía del instituto. Así es La mirada de los peces (Literatura Ramdom House).
Sergio del Molino nos cuenta cómo escribió La mirada de los peces
Fotografías por cortesía de Herme Cerezo
En La mirada de los peces, Sergio del Molino establece un diálogo con el pasado y la memoria. Repasa su adolescencia y la influencia que tuvo en él la figura de su profesor de filosofía. Escribe en primera persona con la esperanza de que el lector pueda sentirla como propia. Un recorrido autobiográfico en un barrio pobre de Zaragoza del que el protagonista quiere salir a toda costa. Además, esta novela también es una manera de explicar la decisión ajena de abandonar el mundo que un día le transmite su viejo profesor, Antonio Aramayona.
Entrevisto a Sergio del Molino para conocer cómo escribió la novela. También, para que si aún no te has decidido a leerla, te lo aconsejo encarecidamente, la conozcas un poco más.
Entrevista
¿Qué te impulsó a escribir este libro?
Yo creo que es un libro que habría escrito en algún momento, quizá de otra forma, porque todo lo que contiene, todas las preocupaciones, la adolescencia, el barrio, el concepto de culpa entre los maestros y la figura de Antonio son cosas que me obsesionaban. Por eso, tenía pensado en algún momento escribir sobre ello. Pero el detonante fue la llamada que me hizo Antonio Aramayona, mi viejo profesor, diciéndome que se iba a suicidar o, como él decía, que iba a finalizar con su vida. Creo que sin esa llamada no habría escrito el libro ahora. Además, tendría otra forma y sería otro libro. El detonante fue esa llamada que me lleva a empezar a escribir de cabeza.
¿Cómo ha sido tu proceso creativo?
Es bastante caótico, en este caso. Escribí a mano el 80% del libro porque quería que tuviera un tono muy diarístico y muy apegado a la urgencia. Me permitía no corregir mucho. Si escribes en el ordenador estás reescribiendo constantemente, sin embargo, así la escritura es muy directa. Esto no lo suelo hacer, suelo reescribir mucho. Así que una vez tuve todo el material, reescribí mucho a partir de ese primer borrador urgente.
Yo sigo un plan de trabajo muy parecido a los guionistas de cine. Así que este libro es una mezcla de cómo suelo trabajar y quiero creer que tiene un aire muy urgente, muy pegado a la manera en que se iban desarrollando las cosas.
Un profesor alejado de los mitos
¿Antonio Aramayona es la figura central del libro? ¿Un héroe o un profesor comprometido?
No sé si es la figura central porque a medida que iba escribiendo me iba dando cuenta que en realidad es el libro de Sergio. Realmente, el eje tiene mucho que ver con esa primera persona.
Respecto a la otra pregunta, yo creo que no es un héroe y como profesor comprometido creo que también tiene muchas sombras y muchos matices. Es una persona muy compleja y el libro va rompiendo todas esas barreras que tenemos frente a él. El alquimista, el carismático luego vemos que tiene muchas brechas, muchas paradojas y muchos puntos oscuros que lo hacen humano. Básicamente, es un ser humano lleno de contradicciones y de fallas y creo que eso es lo que hace que podamos quererlo.
El instituto, según lo que has descrito, no es una preparación para la vida, sino la vida misma, una enseñanza que posiblemente se debe a ese profesor de filosofía…
Sí, estaba en contra de cualquier simulacro. Nos trataba como adultos. Nos inculcaba un sentimiento muy fuerte de responsabilidad sobre nuestros actos, a través de cuestiones eminentemente prácticas. Esa forma de tratarnos de tú a tú rebasaba con mucho esa coraza de protección que impone el sistema de enseñanza, que nos hace irresponsables e invulnerables a lo que suceda fuera. Él traía un poco la intemperie del mundo a las aulas.
Tres campos de batalla vitales
Es un luchador desde el principio hasta el final, muere defendiendo una causa justa.
Él tenía tres campos de batalla que no estaban muy relacionados entre sí. Lo único que los relacionaba era su persona. Uno era la muerte digna que fue la traca final. Otro fue la lucha por la escuela pública. Él tiene un papel muy destacado en varias acciones para llamar la atención sobre los recortes brutales que se han ejercido desde el año 2011 sobre la enseñanza pública. Y el tercer campo de batalla es el laicismo que era el más antiguo y en el que menos éxitos cosechó. Quizá en el que más empeño ponía. Él tenía una visión anticlerical muy rabiosa, vehemente y muy fuerte. Donde más intransigente era y menos posibilidades de entendimiento podías encontrar.
¿Con qué sabor de boca terminaste de escribir el libro?
No creas que soy muy consciente de terminar los libros…
Es difícil saberlo…
Sí, es difícil, y de hecho a veces me fuerza un poco mi mujer, cuando ella dice ya, déjalo quieto, paro. Y la sensación siempre es de preocupación, de no saber si de verdad he estado a la altura. En este caso, me quedé con que era lo mejor que había sabido hacer y creo que no es un libro especialmente fallido, de hecho, si volviese a él creo que retocaría bien poco.
No podría decir que estoy satisfecho porque la satisfacción no es un sentimiento que vaya con mi literatura, pero sí creo que dice lo que yo quería decir.
Qué tiene que tener un buen libro
¿Cómo está siendo feedback de los lectores?
Es muy bueno, muy superior a mi propia impresión. Me ha sorprendido desde las primeras lecturas lo elogioso que ha sido, sobre todo, la reacción de mi editor que fue muy entusiasta y eso me da seguridad, por un lado, y me desconcierta, por otro, porque yo no sé distanciarme de mi trabajo, pero bueno, confío en ellos y me dejo llevar.
¿Según tu perspectiva qué tendría que tener un buen libro?
Creo que, básicamente, en términos generales, tiene que verse la carne del autor. Tiene que notarse que lo que te está contando le importa y eso hay multitud de estrategias para hacerlo evidente de una forma que el lector lo sienta. Debes ser capaz de transmitirlo. El lector debe saber que no es un entretenimiento para el autor, sino que está contando algo de sí mismo, algo que le importa mucho. Transmitir eso quizá es lo más difícil, pero es lo que más agradece el lector.
«Puedo escribir en cualquier situación»
Cuéntanos algún truco para escribir o si tienes alguna hora determinada en la que estés más inspirado.
Soy muy poco de liturgias, quizás porque vengo del periodismo y escribimos donde podemos, como podemos. Puedo escribir en cualquier situación y en cualquier momento. Eso sí, procuro ser ordenado y dedicarme mis tiempos. Si es posible escribo por la mañana y con un poco de silencio. Intento tener unas condiciones más o menos ideales, pero si no las tengo da igual. Me apaño con lo que sea, escribo en un aeropuerto, de pie, sentado, como tenga que hacerlo.
¿Qué te gustaría que pensara el lector cuando acabe de leer este libro?
No me gusta condicionar la sensación de lector. Lo que me gustaría es que se apropiara del libro. Que considerara que lo que ha leído es relevante para él y que le permita pensar en algún aspecto de sí mismo, de su vida o de su relación con el mundo. Algo en lo que aún no ha reparado hasta ahora e incluso que se cuestione alguna certeza. Que el libro pase a formar parte de su vida. Las reacciones pueden ser muy subjetivas, no puedo prever ni anticipar nada.
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