¿Cómo escribir el primer capítulo de un libro?
¡Qué tiene que tener un primer capítulo? ¿Es posible valorar un libro con solo leer su primer capítulo? ¿Cómo sé que tu libro es bueno con solo eso? Los años de profesión y, sobre todo, de lectura compulsiva hacen que pueda saber qué me encontraré después.
Cómo valorar un libro con su primer capítulo
A lo largo de este artículo responderé a las preguntas que formulo arriba con estas 10 claves para valorar un libro con su primer capítulo.
Este post ha pasado por algunas fases de reconversión; como la vida misma, los contenidos también se transforman y están vivos en un blog.
Así, cuando empecé (hace ya un montón de años), este artículo nació como una explicación. Era una salida plausible a una situación recurrente: muchos autores contactaban conmigo pidiéndome a las primeras de cambio que me leyera sus libros, así a las bravas y eso no puede ser si luego quiero hacer bien mi trabajo. De manera que decidí aglutinar en un post los porqués Y, ahora, ha acabado siendo también una buena forma de contarte como puedes escribir ese primer capítulo, tan determinante
Así que mientras te muestro cómo sé que una obra es buena, solo con su primer capítulo (o puede llegar a serlo), también te cuento algunas claves para que tu primer capítulo sea divino.
El inicio, mi método
Nunca leo más allá de las primeras páginas para saber si puedo trabajar con el autor. Este es mi método y lo uso a diario para llevar a cabo mi trabajo con eficacia.
En una primera valoración no puedo ir más allá. Leer el libro entero invalidaría mi trabajo posterior. Y, por supuesto, no tendría tiempo para leerme todos los que me llegan. Con este análisis previo tengo suficiente para determinar si puedo trabajar en la obra y cómo hacerlo; si requiere un lector cero, un análisis más exhaustivo, una edición (editing) o nada en lo que a mí respecta.
La primera lectura de una obra es fundamental para detectar tanto las potencialidades como los puntos débiles. Y si lo hace el editor, por su cuenta y riesgo, pondrá todas esas alarmas llevado por su profesionalidad, pero también por su sesgo y subjetividad.
Mi fórmula para plasmar lo mejor de un autor en su texto consiste en hablar con él hasta las últimas consecuencias y, solo después, me pongo a editar.
Necesito que me cuente qué quiere conseguir con ella, cómo son sus personajes, cómo es su trama, cómo se desarrolla en cada capítulo (básico para analizar la estructura) y un largo etcétera. Todo sobre las joyas que guarda en su cabeza, así cuando lea, revisaré si las ha plasmado sobre el papel. Y en caso de que no estén, ayudarle a colocarlas.
Es la única manera que conozco para que, cuando terminemos la edición, sea su obra a la máxima potencia y encuentre a cuantos más lectores mejor.
—¡Pero si solo ha leído cuatro páginas, cómo puede ser que me diga que mi protagonista ha nacido muerto! ¡No puede ser!
Valorar un libro con su primer capítulo: las claves
Y ahora sí, después de contarte un poco por qué le pongo tanta atención a esas primeras páginas, vamos con mis 10 claves para valorar un libro con su primer capítulo:
El estilo cuenta y mucho
Un solo párrafo es suficiente para detectarlo, porque si consigue que te involucres en lo que estás leyendo, aunque no pase nada, la obra cuente lo que cuente, merecerá la pena. La manera de juntar las palabras en unas pocas frases es suficiente para saber si me voy a encontrar buenos o malos mimbres.
Parece algo increíble pero, como me dijo una vez Guillermo Roz, no es tan importante lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Y así es. Aunque el autor sea novel, aunque no tenga ni idea de cómo lo ha hecho, si tiene un buen estilo, sé que estoy ante un posible buen libro..
Selección de palabras
Este apartado tiene mucho que ver con el anterior. Conseguir que el inicio de un libro fluya, que se entienda todo lo que se quiere transmitir de manera directa, hace que aunque veas otros errores, te guste estar allí.
Si sabes elegir bien las palabras, tendrás mucho ganado para escribir bien (si quieres ampliar sobre este tema, pincha en este enlace a un post que escribí hace poco).
A flor de piel
Muchas veces, en el inicio de un libro, el autor quiere contarlo todo sobre sus personajes o ese universo que quiere transmitir. Entonces, decide describir mucho, demasiado. Esto amortigua la acción y hace que se ralentice la lectura con datos que no sirven de nada en ese momento.
El lector aún no conoce nada de la historia ni sobre los personajes, no se ha enamorado aún y no le prestará la atención debida a esa montaña de datos.
Así que cuando comienzo a leer una novela y veo que la acción o los personajes están sepultados por capas de información, me pongo en guardia. Y el lector, se aburre.
En mi caso, a veces, luego veo que el personaje central merece la pena o hay un diálogo que salva todo eso y me doy cuenta de que solo hay que limpiar para darle brillo. Entonces, digo, vale, con esta puedo hacer algo.
Por lo que se refiere a tu escritura, si detectas este error, no tienes más que buscar cómo hacer para que esa descripción no esté ahí (si contiene datos prioritarios, guárdala para más adelante) o aligerarla al máximo posible.
Un buen inicio está a flor de piel. Eso sucede cuando nada más comenzar a leer, te das cuenta de que todo está sucediendo ahí, delante de tus ojos. Que puedes componer la escena a la perfección en tu cabeza y ves al personaje como si saliera del libro y te hablara a ti directamente. Puedes tocarlos, sin nada que los empañe.
Cómo conseguirlo, dejando que el personaje se mueva y actúe, siendo lo más orgánico y natural que pueda.
Una buena estructura, un buen inicio
El inicio es fundamental. Si es bueno, si te induce a leer más, al menos tienes la certeza de que el autor sabe lo que hace, por eso el lector sigue pasando páginas, se fía de él.
Y esto sucede cuando la historia comienza justo por donde debe. En mi trabajo, cuando no lo veo claro, pido más información; con una pequeña sinopsis, a veces, ya puedo valorar mejor si ese es el inicio natural. (Si quieres más información, te dejo un post en el que hablo de las peores maneras de comenzar un libro).
Porque cuando no es su inicio, todo chirría, no se encuentran los datos prioritarios que deben estar para arrancar la historia, para que el lector pueda hacerse una composición de lugar adecuada. Ni están ni se esperan, porque si comienzas por donde no debes, no los encuentras.
Cuando edito un libro, esto sucede muchas veces. La historia es una maravilla, pero ese inicio no es el suyo.
Eso también lo percibe el lector aunque no sepa verbalizarlo siempre. Un buen inicio autoriza al autor a los ojos de quien lo lee.
Cuando sabes lo importante que es el inicio, dedicas el tiempo que sea necesario a que esté impoluto, todo ese esfuerzo se nota. Puede haber errores de base (que en mi caso los detectaré en ese primer vistazo), pero al mismo tiempo también se ven otras virtudes que indican que esa obra brilla o que puede hacerlo con las intervenciones pertinentes.
Despierta preguntas
Ese primer capítulo tiene que despertar preguntas en el lector. No miles ni millones de ellas, solo algunas. Las suficientes para acometer la lectura del segundo capítulo. A veces, con eso basta.
Si al leer las primeras páginas, mi cabeza es un erial del que ha huido la curiosidad, tenemos un problema. Estamos ante un libro en el que habrá que trabajar a fondo. Si es el lector el que se encuentra en la situación, el siguiente paso es cerrar el tostón y a otra cosa..
Qué hace el personaje
En el caso de una novela esto es fundamental. El personaje que inicia la trama del libro debe tener una entidad definida. De alguna manera debes querer seguir conociéndolo. Tiene que estar vivo. En este caso, aconsejo buscar la escena adecuada desde la que arrancar la trama y que al mismo tiempo muestre un personaje haciendo cosas, acción. También puede mostrar un monólogo interior, pero debe ser vibrante para que atraiga de la misma manera que lo haría una acción.
Una vez que tienes la escena, busca dónde poner el foco respecto al personaje, elige muy bien las palabras con las que lo vas a presentar, para que todas estén en línea para dar pistas sobre cómo va a ser su papel y personalidad a lo largo del libro.
No es necesario que haga muchas cosas o que las que haga sean muy impactantes. A veces, un buen personaje solo tiene que estar para que lo quieras a primera vista.
Y por último en este punto, los buenos personajes no se reproducen por esporas, los crea el autor, conociéndolos a la perfección.
Cuestión de enfoque
Tal y como decía en el punto anterior, el enfoque es muy importante.
Una perspectiva original a la hora de contar una historia la convierte en interesante. Por ejemplo, un niño se cae en el patio de un colegio. Contado así es difícil despertar el interés de nadie. La cosa cambia, y mucho, cuando se narra desde los ojos de una hormiga que ve cómo se desploma el dedo meñique del infante sobre su cabeza.
Tensión
Al inicio de un libro debe haber cierta tensión. Si no se da, aburre a las piedras.
En mi caso, si no encuentro esa tensión, sé que no la voy a encontrar más adelante tampoco y estoy ante una novela que ha nacido muerta.
Este punto tiene que ver mucho con la curiosidad, son complementarias: la tensión genera curiosidad, y a la inversa. Y para eso no hace falta contar el conflicto principal en la primera página, no es necesario. Con presentar al personaje en medio de uno pequeño es suficiente.
Por ejemplo, la simple escena de una persona buscando unas llaves (cualquier objeto) es suficiente, no porque haya perdido algo, que también, o la importancia que tenga que lo haya extraviado; sino porque en esa búsqueda está mostrando cómo se comporta en ese tipo de situaciones y ahí es donde el lector se engancha o se siente identificado.
¿Y si el resto de capítulos son una maravilla?
Puede ser. En el caso de una novela, la trama debe ganar con el paso de los capítulos; de hecho, si no lo hace, mal vamos.
O en el caso de un libro de relatos, es posible que no se haya hecho una buena organización de la estructura y justo se haya elegido el peor para comenzar.
Aquí me remito al punto de la estructura, pero también hay que señalar que una novela debe tener un equilibrio claro entre todos sus capítulos, la tensión debe recorrer todo el esqueleto. En parte, por eso, cuando el lector no detecta esa tensión en el primer capítulo se desilusiona.
—¡Mira hijo! Mi libro comienza a ponerse interesante, por aquí.
—¿Por la mitad?
—Claro que sí, como tiene que ser.
Siempre hay un porqué
Estos son algunos de los puntos fundamentales que me indican que, detrás de ese inicio, hay una buena historia o un buen libro, pero también hay otros, digamos, más esotéricos que son difíciles de verbalizar.
Muchas veces, no sabes por qué sigues leyendo. La literatura está llena de misterios así. Hay que aceptarlo y lo cierto es que al mismo tiempo las carambolas no existen de ningún modo. Ahí está la magia.
En estos inicios en los que tienes que estrujarte la cabeza para descubrir por qué sigues leyendo, al final, descubres que hay mucho trabajo de selección, economía comunicativa y psicología. Ese autor ha pensado muy bien por qué comenzar por ahí.
Siempre hay que pensar por qué. A lo largo de toda la escritura, pero al inicio más aún. Nada está ahí porque sí, por casualidad, además de que este concepto no existe en las novelas, pero más aún en un inicio. Medir cada una de las palabras es fundamental.
Es complicado, claro que sí, como lo es elegir el enfoque que la historia necesita o el punto clave del arco del personaje para hacerlo. Elegir esas primeras palabras (las justas que describan esa acción, sentimiento o estado mental) es una tarea ardua y delicada.
Y para no presionarte más, también te digo que puede ser que no se den todos los elementos necesarios, pero con que se de uno poderoso es suficiente para saber que detrás hay un buen libro y el lector seguirá leyendo.
Como conclusión decir que, tal vez, escribir un primer capítulo sea la tarea más ardua de todo el proceso. En él se inician todos los hilos prioritarios que recorren el texto. Así que, entre otras variables, destacaría que si tiene un personaje potente (se presenta en el momento justo), las palabras que lo cuentan son evocadoras (se han elegido las que tienen las connotaciones perfectas para esa escena) y genera preguntas (se plantea bien algún conflicto), estamos ante un buen inicio.
Y en el caso del lector, si se encuentra todo esto junto, se introduce desde la primera palabra en tu universo y pasa al segundo capítulo con deleite.
Y hasta aquí las 10 claves para valorar un libro con su primer capítulo. Espero que te sirva de ayuda para escribir esas primeras páginas y a mí para explicar por qué y cómo lo hago.
¿Y a ti? ¿Qué elementos consiguen que sigas leyendo? Cuéntamelo 😊
Para ampliar te dejo un video de cómo escribir paso a paso, Solo tienes que clicar aquí.
Hola Yolanda. Me parece muy interesante este post. Ignoraba los pasos tan importantes que explicas de forma tan sencilla. Gracias por compartirlo y por toda tu sabiduría. Abrazo.
Hola, Jaime, muchas gracias, me hace mucha ilusión que te haya servido de ayuda. Vuelve pronto por aquí, será un placer recibirte. Un abrazo
Hola Yolanda. Para mí es difícil verbalizar las razonas por las que un comienzo es bueno o no. Resumiendo mucho, necesito que el libro me incite a seguir leyendo sin que exista una razón expresable; puede ser por la prosa, el estilo, el argumento, cómo se cuenta o la impresión que me causa. También es cierto que hay libros que empiezan muy bien y luego la calidad desciende, bien por la historia, bien por la desgana del propio escritor a la hora de definir personajes o situaciones que son complejas. Gracias por el artículo. Un abrazo.
Hola, Ricardo, cada uno busca en el inicio de un libro cosas diferentes, en mi caso, intento buscarlas todas. Es lo único que tengo para saber si voy a poder trabajar con ese autor y esa obra. Y no puedo leer más allá porque entonces desfiguraría seguro la idea que tiene el autor en la cabeza y luego sería más complicado trabajar con él. Cuando haces un editing, lo más importante es ayudarle al autor a plasmar esa historia que tiene en la cabeza, tal y como él la tiene, y que encima funcione y le guste al lector. Todo eso no se puede hacer si antes no te metes en la cabeza del autor y entiendes su tono y estilo. Así que antes de tener esa reunión estructural con él, lo único que tengo para saber si vamos a poder darle brillo a su historia es ese primer capítulo. Y aunque parezca mentira, con solo eso sé si la obra tiene los mimbres que necesita. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
¡Hola! Que post la mar de interesante. Me servirá de guía para darle un nuevo ojo a mi trabajo con el primer capítulo. A veces es dificil saber exactamente como empezar a trabajar, tenemos todo en nuestra mente que queremos decirlo ya, pero mucho de tus consejos son muy buenos para poder darle un buen inicio a nuestra historia. ¡Gracias por revelarlo!
Hola, Carolina, me alegro que te haya servido de guía para ese primer capítulo tan complicado de pensar y de escribir. Esos puntos clave me sirven para poder hacer un diagnóstico de qué me voy a encontrar en la obra. Un escritor revela mucho de su técnica y estilo en un primer capítulo. Un abrazo enorme 🙂
Hola,
Increíble post, una pregunta, ¿estaría interesada en leer la primer hoja de mi libro? Espero su atenta respuesta. Saludos.
Hola, gracias por tu comentario. Si te parece, mándame un correo electrónico a proyectos@eltinteroeditorial.com y hablamos. Un abrazo.
Hola,Yolanda Barambo, tienes razón, un libro es como un buen pastel no necesitas devorarlo todo para saber que está delicioso. Concuerdo en que el lector se debe enamorar de los personajes, del autor, del estilo. Si logras conquistar su atención jamás te abandonará. Un buen escritor debe tener el carisma, la creatividad, y las cualidades que tiene un Don Juan, Se enamoran de él las mujeres y todos sabemos por qué. Mis libros tienen ese brillo especial.
Un cordial saludo. Me encantó el post. Obviamente eres una editora experimentada.
Hola, José, lo has explicado de maravilla, muchas gracias por el comentario. Un abrazo.