Van García. Equilibrio. Entrevista. Casos de éxito
Editar un libro es un proceso maravilloso. La energía fluye en todos los sentidos, nunca mejor dicho. Así sucedió con Equilibrio y Van García, su autora.
Van García: «Música, noche y café. Ese es mi trío perfecto para escribir»
Tiene algo mágico trabajar con personajes y tramas de otras personas y que, poco a poco, se vayan convirtiendo en propios. Esa historia que se ha creado en otra cabeza, esas emociones, esos paisajes se van construyendo en la mía y cuando termina el proceso de edición los siento como propios. Este trabajo me permite vivir desde dentro la construcción de una novela, sin paños calientes, sin argucias, investigo los cimientos con una curiosidad insaciable. Una búsqueda llena de alarmas y hallazgos preciosos. De estos últimos Equilibrio tiene a cada paso. Van García a conseguido crear una atmósfera que se puede palpar. Allí viven unos personajes que estaban vivos mucho antes de conocerme.
Aunque no soy la indicada para hablar de las novelas de mis autores (la utopía de la objetividad), sé que no me equivoco cuando te digo que en Equilibrio vas a encontrar un mundo fascinante en el que seguro que te va a gustar vivir. Las páginas van a volar ante tus ojos y desde el inicio sus personajes serán tuyos. El placer de la lectura está asegurado en Equilibrio. Así que aquí os dejo mis preguntas y las respuestas de Van García para que conozcas un poco más este libro y a esta autora.
¿Qué se va a encontrar el lector cuando abra Equilibrio?
Una distopía donde la energía vital es la base de la sociedad, Allí se desarrolla Equilibrio. La energía será un arma muy peligrosa y el motivo por el que se desencadena la lucha. Es una historia llena de acción en busca de la verdad y la libertad, de inconformismo, de traiciones pero también de amistad. Con un trasfondo de lucha contra el sistema establecido, pero también contra los miedos propios, donde todos corren el riesgo de convertirse, literalmente, en monstruosas mascotas del poder.
¿Qué te impulsó a escribir esta novela?
Me encantan las distopías, me apasiona leer o ver —en caso de las películas— posibles futuros para nuestra sociedad, en general, ninguno positivo.
Quería escribir una historia donde el mundo que nos encontráramos, en un principio, no fuera peligroso, sino uno en el que sus habitantes vivieran de forma humilde, donde cada uno tuviera su lugar y donde hubieran aprendido de los errores del pasado, sobre todo, con el tema de la naturaleza. Esa fue la idea primaria a la que después se fue uniendo más contenido.
Muchas distopías, sino la mayoría, tienen una connotación negativa del poder que suele ser opresor. Yo quería mostrar esto, porque creo que todo se corrompe, pero lo que más me interesaba era transmitir a través de algunos personajes el engaño y la manipulación del sistema. Como el pueblo, a veces, no se da cuenta de que les ofrecen las migajas, mientras el sistema se come el pastel entero, o sí se dan cuenta pero no hacen nada. Básicamente, esta era la idea que me rondaba la cabeza junto a la posibilidad de la interacción de la energía vital a un nivel exagerado. Me encanta leer sobre temas muy diversos y siempre me ha resultado muy llamativa la capacidad de canalizar la energía vital del Reiki. Quería escribir una historia donde los personajes estuvieran en conexión directa con el universo y su naturaleza, pero a la vez deshumanizados por el poder.
¿Cómo ha sido tu proceso creativo? ¿Por dónde comenzaste a escribir?
Antes de ponerme a escribir, preparo la novela. Trabajo la idea general para tener claro qué quiero decir y hacia dónde quiero conducir la historia. Construyo el mundo donde se desarrollará y los personajes. También elaboro un esquema del libro por partes e intento visualizarlo en mi cabeza. Necesito tener este trabajo hecho para tener claras mis ideas, aunque luego no sigo todo lo planificado al dedillo. Cuando me siento a escribir también me dejo llevar, para mí no tendría sentido no hacerlo. A veces, la historia y los personajes te van pidiendo que pasen ciertas cosas y yo las escribo aunque no las tuviese planificadas. Esto me encanta. Es durante la primera fase de escritura, la llamo el “vomito” porque suelto la historia de sopetón, sin pararme a repasar o mirar si tiene coherencia, lo suelto todo.
Cuando escribo el punto y final es cuando empieza la parte más dura. Me imagino ese borrador como un trozo de mármol en bruto, ahí es cuando comienza un trabajo lento y pesado. Hay que ir esculpiendo, poco a poco, la historia, primero sola y después en compañía de profesionales del sector literario.
¿Tienes alguna manía a la hora de ponerte a escribir?
Música, noche y café. Ese es mi trío perfecto para escribir aunque no siempre puede ser por mis horarios de trabajo. El café y la música nunca me fallan. Escribir con música me ayuda a meterme en la piel de los personajes y a vivir las escenas. La noche es mi momento favorito porque el mundo está en silencio y el café me mantiene despierta.
¿Cómo construiste estos personajes?
Fue un proceso duro porque quería diferenciarlos bien, pero también que tuvieran cosas en común porque creo que, al final, nos rodeamos de gente con la que tenemos conexiones del tipo que sea. Quería una protagonista que fuera fuerte pero también humana, que se equivocara y no tuviera la solución a todo. No debía ser perfecta, pero sí capaz de levantarse y luchar más allá de sus circunstancias. La quería fiel a ella misma y a sus emociones en cada momento, aunque no fuesen las acertadas. Natalie es fuerte pero también es débil; egoísta, pero generosa. Un personaje en equilibrio entre dos extremos.
Quizá Natalie es el personaje con la fuerza más obvia, pero quería rodearla de secundarios que también tuvieran mucha potencia. Soy una enamorada de los secundarios y creo que es muy importante construirlos con mucho cuidado y esmero. Por ejemplo, Joa es un personaje fundamental para Natalie, es inteligencia, quizá vulnerable en apariencia, pero mientras la forma de luchar de Natalie es más bruta, la de Joa es más sutil y, a veces, más efectiva. Además, con su carácter abierto complementa muy bien al de Natalie.
A la hora de construir los personajes, sobre todo, me preocupaba que reflejaran en sus comportamientos sus experiencias pasadas y no encasillarlos.
¿Te gusta corregir? ¿Cómo has vivido esta etapa?
La corrección de Equilibrio ha sido larga, de años, y difícil, pero la he disfrutado mucho porque me ha dado la posibilidad de desgranar el libro y de conocer puntos de vistas diferentes. Las correcciones me sacan de la zona de confort y eso me encanta porque aprendo mucho. Sí, la corrección es muy pesada, agotadora y parece que nunca va a terminar, pero tener la posibilidad de trabajar en tu obra con profesionales para sacarle el mayor partido, me parece algo increíble.
Parece que tiene continuidad, ¿es así? ¿Podrías anticiparnos algo?
Se trata de una bilogía. No puedo desvelar mucho, pero lo que sí puedo asegurar es que algunos personajes van a sufrir cambios radicales arrastrados por las circunstancias. Conoceremos escenarios alejados de Falansteria y nuevos personajes. El desenlace viene cargado de acción, pactos secretos, lealtades, traiciones y nuevas relaciones muy importantes.
¿Qué te gustaría que pensara el lector cuando termine de leerlo?
Lo primero que me gustaría es no haberlo dejado indiferente. Deseo que se meta bajo la piel de los personajes y viva la historia con ellos, que luche y sufra con ellos. Más que pensar, quiero que cuando termine de leer Equilibrio sienta que ha vivido una aventura intensa y dejarlo con ganas de más.
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