Xabier Urrutia Alda. ¡A pegarse fuera! Entrevista
Xabier Urrutia Alda escribe relatos arrebatados en los que la doble lectura es una tentación para el lector. ¡A pegarse fuera!, un libro de relatos en los que las emociones se transforman de manera casi mágica. A veces, nada es lo que parece y , en otros momentos, el significado corresponde con exactitud a lo escrito.
Xabier Urrutia Alda: «Desearía remover el fondo de la charca del lector»
La lectura de ¡A pegarse fuera! aborda 45 formas de estar, sentir y vivir, momentos clave de la vida: la soledad, el amor, el desamor, la pérdida, el dolor… De los derrumbes propios y ajenos, la superación y los tránsitos que nos trae la vida.
Riqueza léxica y saber buscar esa emoción escondida es una de las virtudes de este autor que también sabe cómo trasladarte a su mundo para que remuevas con él su fondo y el tuyo. Este libro tiene 45 viajes a tu esencia y de cómo lo ha escrito Xabier Urrutia Alda hablamos en esta entrevista:
¿Cómo surgió la idea de escribir relatos?
Escribo desde siempre de forma intermitente, escribo cuando siento la necesidad. A menudo mis relatos nacen de una incomodidad interna, algo no me deja en paz y necesito sacarlo fuera, volcarlo en el papel, de ahí el título: ¡A pegarse fuera! Al plasmarlo puedo mirar ese algo desde cierta distancia.
Creo que en el fondo en los relatos expreso conflictos entre aspectos de mi mismo, no para resolverlos si no para darles algo de luz, situarlos, empezar a integrarlos, sanar un poco esos conflictos.
Una forma de trabajar los sueños en terapia es ver el sueño como una representación de aquel que sueña, de manera que todos los personajes, elementos, decorados…, todo son aspectos del propio soñante. Mis relatos son un poco así, en ese sentido “yo soy esos relatos”.
¿Cuándo y por qué pensaste que podrían acabar siendo un libro?
En uno cursos de iniciación al relato que realice durante un par de años. Cuando recibí el feedback de compañeros y compañeras, cuando vi sus reacciones, entonces les di más valor, me di cuenta de que movían algo en el otro y me plantee recopilarlos y publicarlos. Escribir estos relatos es como bucear en mi interior, es una búsqueda. Al compartirlos me di cuenta de que ahí, en las profundidades podía encontrarme con otros que también estaban en su propia búsqueda.
¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Por dónde empiezas? ¿En qué te inspiras?
El disparadero que inicia un relato suele ser una sensación muy vaga que tiende a difuminarse y deseo capturar/aprehender, normalmente seguida de una imagen. También puede ser que la visión de algo me inspire una emoción sin saber por qué y me lleve a indagar en ello. Al principio divago, sin tratar de llegar a ningún lado, escribo sin buscar el sentido y después, sobre ello, armo el relato, doy forma, cambio palabras,…y me dejo sorprender pues el relato puede y suele cambiar de dirección y a veces parece autoconstruirse, así hasta cerrarlo “en bruto” y luego corregir, corregir, corregir…
Tus relatos tienen muchas veces un doble fondo, ¿cómo trabajas la lectura entre líneas?
Si, podrían leerse en varios niveles en función de lo que busque quien los lea o de lo que resuene en él. Me viene la imagen de las matrioskas, esas muñecas rusas que habitan unas en otras. El lector puede quedarse en la primera o buscar y buscar. Me gusta mucho usar metáforas pues tengo la sensación de acercarme mejor con ellas a mi realidad más profunda y sentida.
El amor, la paternidad, la evolución personal, el sentido de la vida, la muerte… ¿Los temas te encuentran a ti o eres tú quien los busca?
No sé, los encuentro en mí, me interpelan, me incomodan, afortunadamente rompen un cierto equilibrio cómodo que me obliga a resituarme y puede hacerme crecer. Son los temas de los que necesito escribir: el amor, el desamor, los deseos, tanto los cumplidos como los incumplidos, las viejas heridas, la vida, la muerte…
Estos cuentos hablan también de algunos de mis derrumbes, de lo vulnerable que me hicieron sentir y de cómo mis certezas tiradas por el suelo me permitieron mirar al otro lado de la pared caída.
Qué te gustaría que pensara el lector cuando termine de leer ¡A pegarse fuera!
Los relatos son una invitación a mi mundo, a pasearse por él. Me gustaría que algo en su propio mundo se mueva al visitar el mío pues creo que en el fondo no somos tan distintos los unos de los otros.
Desearía remover el fondo de la charca del lector, levantar su limo, enturbiarle. Enfadarle, emocionarle, hacerle sonreír… Todo menos que permanezca indiferente.
¿Tienes ya otro proyecto en mente?
Algo me ronda pero todavía no pide paso. Ahora quiero disfrutar y recibir lo que ¡A pegarse fuera¡ tenga a bien traerme.
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